Archive: 29 noviembre, 2022

Jota «La Patita»

“La Patita” es una jota de Almendral, recogida en los años 60 por la folklorista Dolores Marabé. Se trata de una de las jotas más divertidas tanto por su letra como por su música y se bailaba en las matanzas, de ahí su nombre ya que la pareja que más tiempo durase bailando, se llevaba como premio la pata de cerdo.

Este tipo de danzas estaba más reservada a los hombres porque dan unos saltos que requieren mover las piernas y los pies de una forma en la que la mujer se veía más imposibilitada por los refajos y las sayas del traje. Aun así, eran muchas las que bailaban esta jota.

La letra es la siguiente:

LA LA LA LA (bis)
Baila la patita con mucho primor
primero la punta y luego el tacón. (BIS)
LA LA LA LA (bis)

La punta y el tacón se bailan con esmero
que me “ha salío” un novio que se llama Frascuelo,
Frascuelo del alma mía, Frascuelo de mi corazón
quién bailará contigo la punta y el tacón.

LA LA LA LA (bis)
Baila la patita con mucho primor
primero la punta y luego el tacón. (BIS)
LA LA LA LA (bis)

La punta y el tacón se bailan con esmero
que me “ha salío” un novio que se llama Frascuelo,
Frascuelo del alma mía, Frascuelo de mi corazón
quién bailará contigo la punta y el tacón.

LA LA LA LA (bis)

 

Partitura de la Jota de «La Patita» de Almendral. Fotografía de la Federación Extremeña de Folklore.

Fuentes:

Carnavales; El entierro de la sardina

El entierro de la sardina en La Codosera es algo tan característico del pueblo, que se ha celebrado toda la vida, incluso cuando estaba prohibido y en ningún otro pueblo se hacía. Destaca por su peculiaridad ya que, a pesar de que la norma era celebrarlo un martes, en La Codosera se celebraba el miércoles de ceniza.

Cartel del Carnaval de La Codosera de este año, 2022 (Imagen sacada de la página de La Codosera)

La celebración del entierro de la sardina ha cambiado bastante, antiguamente, este cortejo fúnebre comenzaba por la tarde, sobre las 18:00, encabezado por un sacristán portando una cruz-estandarte, de cuyos brazos cuelgan cuatro sardinas, seguido de un coche funerario improvisado que se encargaba de amenizar toda la escena con música. Después del coche funerario, aparecían dos paisanos vestidos con capas canturreando, en tono gregoriano, responsorios (oraciones en versículos) en una mezcla de idiomas (latín, portugués, español y portuñol). Luis María Uriarte recoge en su libro algunos de ellos:

¡Dominus nobiiiscum! Et cum spiritu tuuuo …

Ahora [sic] pro nobis Jesucristo. El pensaba que morría y no aprobaba iiisto.

Ahora pro nobis Cristo ‘a lisao a moslao amigo simaaao!

Tras todo lo anterior, cuatro jóvenes seguían a la comitiva portando un féretro que, en lugar de una sardina, llevaba un muñeco con forma de hombre adulto, a tamaño natural, con la tez negra y completamente vestido y con todos sus complementos; corbata, calcetines y zapatos. Había un pero, el muñeco tenía la bragueta del pantalón abierta y de ella emergía un pene tallado en corcho que contaba, en su base, con dos patatas por testículos. Pero que nadie se asuste, se encontraba bien tapado por un paño negro durante todo el recorrido, solo salía a saludar cuando se concentraba un gran número de chicas jóvenes, arrancando gritos y carcajadas de las dolientes (también conocidas como plañideras, que eran mujeres a las que se les pagaba para ir a llorar a los entierros) y de los vecinos del pueblo.

Siguiendo al féretro, iba una monaguilla con un bote de pintura lleno de agua bendita que se encargaba de bendecir a los mirones y a las dolientes, vestidas con elegantes trajes negros de luto y peinetas bien altas, acompañadas de algunas de las comparsas y vecinos del pueblo, disfrazados de forma independiente.

A lo largo de todo el cortejo se iban diciendo varios responsorios. A continuación, vamos a destacar algunos de los que tenían lugar antes de la quema del muñeco.

Haciendo un juego de palabras, uno de los curas recitaba en la plaza:

Las muchachas de este pueblo, miran mucho al espeeejo, y dicen unas

pa’ otras, qué largo tiene los pe…

Pensé que estabas durmiendo en cama de dos colchooones y estabas

con las dos manos cogiéndome los co…

Cógeme ese gato negro y dáselo a esa mujeee’, que viene la probrecilla

cansadita de jo…

José se llama el marido y Josefa la mujeeer, y un hijo que tenían José se

llama tambieeén.

Una vieja mu’ revieja de 1a Quinta ‘el 58, con una tijera vieja se estaba

pelando el pe…

Pensé que estabas durmiendo… [se repite].

Amen. Requiequem [sic] in pacis. Amen. Por to’ seculá seculorum.

Amen.

Tras ello, se hacían chascarrillos mientras se iba levantando el muñeco y se preparaba para su quema.

Mientras tenía lugar la quema, las dolientes se despedían entre gritos y lloros del amor de su vida, el cual, con su quema, daba finalización al cortejo permitiendo que los vecinos del pueblo comieran abundantes sardinas y bebieran sangría para ahogar las penas.

La fiesta ha evolucionado, se sigue celebrando a día de hoy, pero con algunas modificaciones debido, mayormente, a la falta de gente en la localidad. La celebración dura desde el viernes hasta el martes, que es cuando tiene lugar el entierro de la sardina.

  • El viernes se celebra el concurso de murgas
  • El sábado y el domingo se celebra el carnaval, como siempre
  • El lunes tiene lugar un carnaval infantil
  • El martes se celebra el entierro de la sardina

Actualmente, la sardina es diseñada a principio del carnaval por mayores y pequeños, cambiando cada año el diseño y los materiales de la misma. Este año, 2022, ha sido hecha con telas recicladas, buscando la sostenibilidad.

Fotografía de la sardina de este año, en el carnaval de La Codosera (Imagen sacada de la página de Facebook del Ayuntamiento de La Codosera)

Al final del carnaval se hace todo el cortejo, con su posterior entierro y quema de la sardina, manteniéndose, también, la celebración final con sardinas y sangría.

Fuentes:

  • Uriarte López, Luis María (1994). La Codosera; Cultura de fronteras y fronteras culturales
  • El sitio web del Ayuntamiento de La Codosera: https://lacodosera.es/plantilla.php?enlace=fiestas_y_tradiciones
  • La reunión con el alcalde de La Codosera, Joaquín Tejero Barroso y con el concejal de cultura, Juan Ángel Martínez Vaz

 

El tesoro de la Calle Cristo

Cuenta la leyenda que hace varios siglos, en una casa señorial situada en la calle Cristo nº 15, propiedad de Juan Sandoval en aquel entonces, se iba a llevar a cabo una idea premeditada de éste con la ayuda de su alarife.

Sin tardar en decidir el lugar, Juan, con un candil en la mano para iluminar la estancia, ordenó al albañil que comenzara a picar un muro ancho con un pico envuelto por una manta para hacer el mínimo ruido posible.

“Un poco más”. Le indicó el amo.

“Hay mucha piedra. Me extrañaba a mí que un muro tan ancho fuera todo ladrillo”.

Habiendo picado durante un tiempo y tras caer mucho polvo rojizo de barro, se podía apreciar un hueco en aquella pared blanca.

“La meto ya”, indicó el viejo alarife mientras se secaba el sudor con la manga de su camisa.

“Espera”, le contestó.

Juan Sandoval se quedó en silencio y miró con un gesto de tristeza el contenido de la bolsa que había hecho con pellejo de becerro. En ella atesoraba su pequeña fortuna. En otro momento, podrían haber sido muchas más bolsas de piel, pero debido al afán por malgastar el dinero por parte de su mujer y de sus hijos, lo perdió casi todo.

Comenzó a recordar una mañana de verano en la que, durante un mercado semanal celebrado en Almendral, sus hijos salieron a caballo y acompañados de sus criados, destrozando todo lo que por su paso se encontraban, nada más y nada menos que las mejores cerámicas, lienzos y porcelanas que los vendedores ambulantes estaban vendiendo. Este divertimento costó muy caro a Juan ya que los vendedores damnificados conocían la fortuna de la familia Sandoval, por lo que aprovecharon y tasaron lo destrozado por encima del valor real.

También pasó por su imaginación cuando sus hijos cambiaron la linde de una finca, apropiándose del terreno de un vecino. Éste, aprovechándose de la fortuna de esa familia igual que los vendedores ambulantes, también valoró el terreno en cientos de reales más de lo que realmente costaban las tierras.

Tras rememorar todos estos recuerdos que tanto daño le habían causado y debido al cúmulo de motivos que tenía, anudó el pellejo del becerro para guardar una notable cantidad de la hacienda que aún poseía y emparedarla para que así los herederos no pudieran malgastarla.

Solo el criado sabía lo que Juan dejaba allí y ambos se prometieron no revelar lo que acababa de suceder.

“Ha tenido que ser así. Moriremos con este secreto”, dijo Juan.

“Sí, mi Señor. Ya vendrá alguien que sí sepa apreciar el sudor que le ha costado amasar su fortuna”, contestó el alarife.

“Gracias, Miguel. Mañana hemos de vernos. Ahora vete y descansa. Es tarde”.

Cuentan actualmente que Juan, ya mayor, murió con la cabeza “perdida” porque un becerro le dio un golpe en la misma durante un herradero. Y uno de sus hijos pasó sus últimos días en la indigencia y tuvo que ser recogido por uno de sus criados.

Mientras tanto, el tesoro permaneció oculto tras un muro del corral de aquel caserón de Almendral, a la espera de que alguien le dé el valor que tiene y honre la voluntad de su original dueño.

Dicen que hoy en día es tentador acariciar los muros de dicha casa, donde se siente el tintineo de las monedas que aún se encuentran en su interior.

 

Fuentes:

Ruta del contrabando

Desde La Codosera se hace, en marzo, una ruta de senderismo para recordar los caminos que transitaban quienes se dedicaban al contrabando en España y Portugal, algo que era muy común en épocas de escasez y que fue un fenómeno de calado en la frontera luso-extremeña. Este año, 2022, cumplió su segunda edición.

Cartel de la ruta del contrabando de La Codosera (Imagen sacada del sitio web Noticias Extremadura)

El día de realización cambia todos los años dependiendo de cómo vaya la primavera, ya que se aprovecha que esté la jara en flor para hacer más atractiva la ruta. Generalmente, suele hacerse en la primera quincena de marzo, aunque este año se realizó el 19 de marzo aprovechando la inauguración de la estatua del contrabandista el día anterior.

Es una ruta circular, de 12-14km por los alrededores de la localidad y que atraviesa la frontera para introducirse en Portugal en dos puntos del camino: el primero es el puente internacional más pequeño del mundo, situado en el caserío de El Marco, y el segundo es el paso transfronterizo del caserío de La Toreja.

Durante toda la ruta hay avituallamiento. En las primeras ediciones, aprovechando los descansos que se hacían para recuperar fuerzas, varias personas se encargaban de contar historias y curiosidades acerca del contrabando en La Codosera. Actualmente, se hace una teatralización de situaciones de la época llevada a cabo por el taller de teatro de la localidad.

Al finalizar la ruta, se ofrece a los participantes una degustación de comida. Debido a su gran afluencia, la ruta cuenta con un límite de personas, en torno a 150-200.

En verano también tiene lugar una edición nocturna de la ruta, llamada “La ruta del contrabando nocturna”.

Fuentes:

La Virgen de Finibus Terrae

Son muchas las leyendas marianas que se cuentan de generación en generación. En el caso de Almendral, la Virgen que le da vida es la de Finibus Terrae.

La tarde del 18 de junio de 1961, estando cuatro niñas comiendo manzanas en la orilla del arroyo de la localidad llamado Tardamasa, donde habían ido para jugar, sucedió algo inesperado.

Margarita, una de las niñas, contempló algo extraño y ante ello quedó absorta, como si hubiera caído en un estado de trance. Sus amigas, asustadas y preocupadas por ella, cayeron en el mismo estado unos minutos más tarde. Cuando volvieron a su estado normal, corrieron la calle abajo y le contaron a sus familiares y vecinos que habían visto a un ángel.

Pasaron unos días y las niñas lo vieron de nuevo, por lo que no dudaron en manifestar aquel testimonio una vez más. Y es que, desde aquel entonces, el ángel se les había presentado, pero nunca se comunicó con ellas hasta el día 1 de julio cuando les habló para anunciarles que la Virgen María se les aparecería al día siguiente. Y así sucedió, el 2 de julio de 1961 la Virgen se presentó como Nuestra Señora de Finibus Terrae y les habló.

Cada vez que la Virgen llamaba a las niñas, éstas caían en éxtasis y los vecinos que se encontraban presentes quedaban asombrados por la forma en la que las niñas caían al suelo e incluso cuando, en ocasiones, las niñas quedaban suspensas en el aire unos centímetros por encima del suelo y cuando caminaban con la cabeza erguida hacia arriba y subían y bajaban de espaldas por caminos empedrados y cubiertos de barro. Además, en el intento de que volvieran en sí, los vecinos eran incapaces de lograrlo intentando moverlas, pues el peso que adquirían era inexplicable.

Con un caso tan extraño, contaron con médicos e investigadores que sometían a las niñas a diversas pruebas, como alumbrarle los ojos con luces e incluso pincharles con agujas, para poder comprobar que las niñas permanecían impasibles ante cualquier cosa.

Llegaron a pensar que lo mejor era separar a las niñas y por ello se llevaron a Badajoz a Margarita, la mayor de todas, ya que sospechaban que podía estar manipulando a las demás. Lo que nadie se esperaba es que, en la ciudad pacense frente a la Iglesia de Santo Domingo, Margarita cayera en éxtasis a la misma vez que las niñas lo hacían en Almendral. Las separaban 37 kilómetros, pero estaban viviendo la misma experiencia: la llamada de la Virgen.

Estas apariciones se prolongaron hasta el año 1965, cuando la entidad celestial se despidió. Fueron cuatro años llenos de anécdotas, situaciones inexplicables y curaciones milagrosas. Entre ellas, la que ocurrió el 18 de julio de 1962 cuando Margarita anunció que la Virgen iba a hacer un milagro, cayendo en éxtasis y sacando un cuchillo de su falda, con el que se hizo un corte profundo en el brazo. Los más escépticos estaban asombrados cuando vieron que sobre éste apareció una Forma Consagrada que curó la herida completamente, como si aquello no hubiera sucedido. La única prueba de aquella herida fue el charco de sangre que permaneció en el suelo, la cual utilizaron para pintarse con ella una cruz en la frente.

Por otra parte, también se cuenta que un día en la Ermita Nuestra Señora de Finibus Terrae de Almendral, originaria del siglo XIV y en donde se encuentra la imagen de la Virgen que da nombre a la misma por ser patrona de dicha localidad, ésta se apareció allí mientras algunos vecinos estaban lavando en el pozo que se encuentra en mitad de la capilla ya que, al no tener agua corriente en las casas para su consumo, tenían que ir allí.

Fuentes:

 

San Mauro Abad

Una de las fiestas más importantes de Almendral es la celebrada el 15 de enero en homenaje a su patrón, San Mauro Abad. Su origen data en 1501, cuando el obispo Don Alonso Manrique mandó que fuera una fiesta de guardar para todos los almendralenses, debido a la gran devoción que tenía el Santo por parte de mucha gente del pueblo.

Antiguamente, en el siglo XVIII, se realizaba una misa cantada el día 15 de enero, había fuegos artificiales y otros actos de regocijo y júbilo. Todos estos festejos eras pagados por el mayordomo de la Cofradía. Depende de quién fuera cada año, en ocasiones contrataban funciones de comedia y a la Capilla de Música de la Iglesia Colegial de Zafra.

Actualmente, para su conmemoración, desde el día 12 de enero hasta el 14 se realiza un triduo. Pasados esos tres días de celebraciones y rezos en honor al patrón de Almendral, el día 15 de enero se hace un desayuno popular del que disfrutan muchos vecinos y después se realiza una misa en la Iglesia Parroquial Santa María Magdalena.

Además, también se recibe la visita de dos obispos diocesanos para seguir la tradición de venerar las reliquias de San Mauro que se encuentran en el arca bajo dos fechaduras, cuyas llaves están en manos del párroco y el mayordomo de la Hermandad de San Mauro.

Esta tradición se había perdido debido a la guerra con Portugal que comenzó en 1640, por lo que, por motivos de seguridad, estas fueron trasladadas a la Catedral de Badajoz por parte del Obispo benedictino de Badajoz D. Fray José de la Zerda en el año 1643. Allí aún se conservan algunas, aunque tras firmar la paz, la mayoría fueron devueltas a la parroquia donde se encuentra la tumba con los restos del Santo, que descansan allí desde el 29 de abril de 1668, tras la orden que se dio el día 8 del mismo mes para que eso sucediera.

El día de San Mauro de Abad, además de lo anteriormente citado, también se celebra una procesión en la que se saca la imagen del patrón por las calles de Almendral, acompañada del sacerdote que camina detrás de sus pasos con una de las reliquias entre sus manos y, por supuesto, de los vecinos que le tiran caramelos.

Debido a esto último, los más pequeños también participan en esta fiesta y su afán es recoger todos los caramelos posibles tal y como hacen en fechas navideñas durante la cabalgata de los Reyes Magos. Esta tradición, tiene su origen en los años 40/50, cuando durante esta festividad había muchos puestos de caramelos en venta y cuando el Santo pasaba en procesión, se los tiraban. Actualmente, son los propios vecinos quienes los reparten con una simbología para ellos: por cada puñado de caramelos que se lanza, se pide un deseo.

Una vez finalizados los actos religiosos, la Hermandad del Señor de la Urna lleva a cabo la rifa de un cerdo en la puerta del Ayuntamiento. Este acto es una de las tradiciones más antiguas del pueblo, pues se realiza desde 1882.

Para finalizar el día por todo lo alto, el Ayuntamiento organiza una verbena popular en la que además de escuchar y bailar las mejores canciones, también se podrá disfrutar de la degustación de la matanza que también se lleva a cabo.

San Mauro de Abad, Patrón de Almendral. Fotografía del Ayuntamiento de Almendral.

Fuentes:

 

 

 

El moscón

  • Organización: En grupo.
  • Materiales: Ninguno.
  • Desarrollo: Uno de los niños se tapa la cara con una mano y deja el otro brazo cruzado en la espalda, con la palma mirando hacia atrás, sin ver quien hay detrás. Del resto de niños que queda, uno de ellos le da un golpe en la mano abierta y el golpeado tiene que averiguar quién ha sido mientras todos cantan “yo no he sido, yo no he sido”.

Si acierta en su elección, el niño que había dado el golpe pasa al lugar del golpeado.

Fuentes:

Semana Santa de Almendral

De todas las fiestas que se celebran en Almendral, la Semana Santa es una de las más especiales y no sólo para los más devotos que frecuentan las misas asiduamente. Cada vez son más personas las que se involucran en su celebración y esto se debe a la gran programación de la misma, la cual desde el año 2004 cuenta con algo novedoso que ningún año atrás se había llevado a cabo. Y es que, el 4 de abril de ese año supuso un antes y un después en la Semana Santa de Almendral. Anteriormente a esa fecha, se celebraban las respectivas misas y procesiones por parte de la Hermandad y la Cofradía del pueblo hasta que un vecino del mismo tuvo una idea que recibió una gran acogida por todos y emprendieron aquel proyecto para llevarlo a la acción. Fue ese 4 de abril de 2004 cuando se hizo realidad, incorporando a la Semana Santa la representación de la Pasión de Cristo.

Son muchas las personas que participan en este espectáculo, tanto adultos como niños. Todos son vecinos del pueblo y gracias a su entrega la representación cada año adquiere más calidad y es que además en Almendral cuentan con escenarios naturales que junto a la caracterización de los actores hace que todo sea mucho más profesional.

Representación de la Pasión de Cristro (Almendral, 2020). Fotografía del Ayuntamiento de Almendral.

Por todo ello, esta representación supone un gran fomento para el turismo local ya que el día de su celebración Almendral recibe a muchas personas de los pueblos colindantes que, junto a los vecinos de la propia localidad, crean un gran ambiente.

En cuanto a la programación, en Almendral el Domingo de Ramos, es la Bendición de Ramos y se hace una procesión y la Santa Misa.

El Miércoles Santo, por su parte, los más devotos acuden a la misa nocturna. A esta le sigue una Procesión por parte de la Cofradía de la Vera-Cruz (fundada en 1507, aunque resurgida en 1982 tras su desaparición) con las imágenes del Señor Orando en el Huerto (siglo XVIII), el Cristo Amarrado a la Columna (siglo XX) y Ntra. Sra. de los Dolores (siglo XVIII)

Procesión del Miércoles Santo: Jesús Orando en el Huerto. Almendral, 2020. Fotografía del Ayuntamiento de Amendral.

El Jueves Santo se celebra la Cena del Señor y seguidamente la Procesión de la Hermandad del Señor de la Urna que sale de la Parroquia de Santa María Magdalena con las imágenes del Señor de la Paciencia (siglo XVIII), Señor con la Cruz a Cuesta (1952) y Ntra. Sra. de la Amargura (1961). Más tarde, a partir de las 00:00 h. sale la Procesión del Silencio a cargo de la Cofradía de la Vera-Cruz con el Santísimo Cristo de las Misericordias y a las 02:00 h es la Hora Santa en la Parroquia de Santa María Magdalena.

Procesión del Jueves Santo: Señor con la Cruz a cuestas. Alemendral, 2020. Fotografía del Ayuntamiento de Almendral.

El mediodía del Viernes Santo es el Via Crucis y la Hermandad del Señor de la Urna sale con ‘las matracas’ a avisar a los oficios. Ya por la tarde, se representa la Pasión del Señor y a continuación sale el Señor de la Urna en la Cruz desde la Parroquia de San Pedro Apóstol hasta la Plazoleta del Calvario, en donde se realiza el Sermón del Descendimiento por parte de la Hermandad del Señor de la Urna. Tras ello, sale la Procesión del Santo Entierro con Ntra. Sra. de la Amargura.

Procesión del Señor de la Urna en la Cruz (Viernes Santo). Almendral, 2020. Fotografía del Ayuntamiento de Almendral.

Procesión del Santo Entierro (Viernes Santo). Almendral, 2020. Fotografía del Ayuntamiento de Almendral.

Cuando son las 00:00 h. sale el paso de Ntra. Sra. de la Soledad de la Cofradía Vera-Cruz desde la Ermita de Nuestra Señora Finibus Terrae.

El Sábado Santo recibe por la noche a los fieles en la Solemne Vigilia Pasual. Seguidamente, se lleva a cabo la Procesión del Resucitado y Ntra. Sra. de la Aurora de la Hermandad de Nazarenos del Señor de la Urna, en donde se realiza en encuentro de Cristo Resucitado con su Madre en la Plaza Chica.

Procesión del Resucitado y Ntra. Señora de la Aurora (Sábado Santo). Almendral, 2020. Fotografía del Ayuntamiento de Almendral.

Para finalizar, el Domingo es la Eucaristía Domingo de Resurreción en la Iglesia de Santa María Magdalena.

Fuentes:

Indumentaria de Alburquerque

En la colección de cuadernos populares, editados por la Editora Regional de Extremadura, se habla, brevemente, de los trajes de Alburquerque.

En el nº3 se dice que Alburquerque cuenta con dos vestimentas; la de aldeana y la de gala o ganadera, con refajo plisado, de estameña, gargantillas de jaramago o pendentil, pendientes llamados de reloj y faltriquera de terciopelo. En el nº58 de la colección se añade, además, que es muy común, desde los Baldíos de Alburquerque hasta los Llanos de Olivenza, debido a la influencia portuguesa, que las mujeres se cubran sus hombros y cabezas con pañuelos portugueses.

Fotografía de los trajes típicos de Alburquerque (Imagen sacada de la revista Alminar nº15)

Sin embargo, cuando viajamos más atrás, en concreto a la revista Alminar, en su número 15 publicado en mayo de 1980, Eugenio López Cano hace un repaso por cuáles son los trajes de su pueblo. Encontramos que habla también de dos trajes; el de gala o ganadero y el de aldeano, igual que en la colección de cuadernos populares, pero es aquí donde se destacan las diferencias entre los trajes de mujer y de hombre:

Traje de gala o de ganadero

Mujer:

  • Cabeza: Un rodete a cada lado (trenza de tres ti ras de pelo) o rizos. Atrás, un moño «de picaporte» (trenza de ocho tiras), cogido con una cinta negra.
  • Pendientes: LIamados «de reloj» (tres o cuatro aros concéntricos, sueltos. y no redondos).
  • Gargantilla: De bolas y rematadas, a veces, con una cruz pequeña hecha con las mismas o de coral, o un «jaramago» (colgante con filigranas) o «pendantil» (a modo de medallón), sujeto al cuello con una cinta de terciopelo negro.
  • Pañuelo: Cruzado adelante y atado atrás. Clases: a) «Alfombrado» (de lana); b) de «mil colores» y c) de «al tomate» (de tela).
  • Camisa: Blanca. amarilla. etc., con puntilla en los puños, de distinto color. Si es negra. una puntilla blanca en la boca de la manga, unida con una tirita hasta el codo. La misma puntilla, en el cuello y en el macho de la pechera.
  • Faltriquero: De terciopelo negro y bordado en seda de colores o con pedrerías (más común el primero).
  • Mandil: Pequeño, de terciopelo negro y bordado alrededor con piedras y lentejuelas; o hasta la rodilla, con flecos.
  • Refajo: Plisado; por encima del tobillo; de estameña; predominando el rojo y el negro, con una cenefa de líneas más anchas: o con rayas verticales de colores variados, sin cenefa… De paño verde; con cenefa blanca, muy ancha; o roja o amarilla con cenefa negra. etc.
  • Medias: De hilo, con listas en rosa y negra o verde y negra.
  • Zapatos: De pana o terciopelo bordado; de tacón ancho o medio tacón, con hebillas o sin ellas.

Hombre:

  • Sombrero: Negro, de ala ancha algo caída, y copa alta, un poco hundida, adornada con una cinta ancha alrededor, también negra.
  • Camisa: Blanca. con cuello abierto, sin solapa, y con tirilla.
  • Chaleco: Negro, corto, de terciopelo o pana lisa, sin solapa, y con bolsillos del mismo color; bordado el delantero en rojo y verde, y abrochado con tres botones. También se utiliza la zamarra con piel de cordero.
  • Chaquetilla: Negra, corta, de terciopelo o pana lisa; solapa con cuello redondo y bolsillos de parche, también redondos. Acostumbra a llevarse sobre el hombro izquierdo a modo de percha.
  • Faja: Roja o azul celeste, con un extremo de la misma adornado con flecos cortos, colgando a lo largo de la pierna izquierda.
  • Pantalón: De terciopelo o pana lisa: sin bragueta y sin bolsillos; de media pierna; abierto a los lados y abrochado con botones grandes, blancos y dorados, y rematados los bajos con cordones negros y borlones caídos, y cuatro botones abajo en la parte de afuera.
  • Calcetas: Blancas, sin pie y sujetas a la planta del mismo por una tira (asomarán entre la bota, y el pantalón).
  • Botas: Llamadas «sevillanas» (hasta la rodilla): abrochadas en el lado exterior, con ojetes y cordones de material, cruzados. También se utilizan los zapatos con «leguis» (polainas).

Traje de aldeano

Mujer:

  • Cabeza: Moño caído, y cubierta la misma con un pañuelo, anudado arriba o atado por debajo de la nuca.
  • Pendientes: De aro, sin llegar a ser redondo. llamado «de sanguijuela».
  • Gargantilla: No suele llevarse.
  • Pañuelo: Se usa. a veces, también cruzado al pecho.
  • Blusa: A cuadros o de otro color, predominando el blanco, con mangas cortas o largas.
  • Corpiño: De raso negro con algunos bordados de pedrería, y abrochado delante con cordones cruzados.
  • Faltriquero: De terciopelo o pana lisa (sin bordar).
  • Delantal: Negro (sí el refajo es claro, o viceversa): más grande que el de ganadera. o incluso de la misma largura que el refajo; de raso o terciopelo, con puntilla negra alrededor, o sencillo.
  • Refajo: Fruncido; de tela roja, azul o parda, y con listas pequeñas abajo de color negra o marrón, o bordada en negro.
  • Medias: De listas, con colores variados.
  • Zapatos: De tacón ancho o zapatillas de cáñamo (en la puntera y talón) con cordones cruzados a lo largo de la pierna.

Hombre:

Reviste poca variedad respecto al de ganadero, excepto:

  • Debajo del sombrero lleva un pañuelo anudado a la nuca.
  • El chaleco es de paño negro, sin bordar, con bolsillos rajados y abrochado con cinco botones.
  • No lleva chaquetilla.
  • La faja es roja. y arrestada a la cintura.
  • El pantalón es sencillo y de paño negro.
  • Sin calcetas, y zapatos con «leguis» o zapatillas de cáñamo, igual a las de ganadera.

Fuentes:

Dichos de Olivenza

En Olivenza tienen su propia forma de hablar y expresarse, en la que utilizan la mezcla del español y el porgués.

A continuación, se exponen los dichos más conocidos en esta población rayana:

-A yenti ve cara, mas nau ve curasois.

-Mientras u pau vai y veim, folgas en as costas.

-Cascais, Cascaisiños, Magayoa y Pasariños.

-Te doy un bife que te pongo en los Arrifes.

-Preguntas más que las Marzalas.

-Orguyu en xenti pobri, pedu de burra veya.

-Nao fasas malí a tensias que te vaña bein.

-Ser de faca na perna.

-Ter mais remendus que a corela da Coitada.

-Ora buenu! quem mais tem, mais guverna.

-A cabra que salta u bardu volta a saltari otra ves.

-Si a Candelaria llora u inverno está fora mais si no llora, ni dentro ni fora.

-Sabe Dios donde habrá cagao la primera mierda. (cuando viene un forastero)

-Maridito mío vete a arar que ya viene claro por el corral.

-Sarna con gusto no pica, pero mortifica.

-Sigún é a coisa, asi é u faladeru.

-Cordas de viola pur fora y paum bularentu pur dentru.

-A visita du Xicu Pestana: foi por_ urna tardi y estevi tres dias y tres noites.

-Pur a noiti si, si, y pura mañé, murri.

-Te avó foi un falador sempiternu, te pai murreu falandu y tú na morris, matas.

-Us tres da vida airada: cocó, renete y fachada y u seu camarada.

-Quem ten padrinho, baptiza-se.

-En esta terruca, quen nau trabalha na manduca.

-Inés me dejó por Blas, cual de los lres perdió más.

-Al «avío», que se vá el tío.

-Es de periquillo alzado.

-Deta lá as contas.

-A festa en Marzu, muita fomi o muitu mortazu.

-Us pintus en Sao Joao, p’a esterquera vau.

-Hoy está el día de les tres «B»: bota, baraja y brasero.

-Los trabajos hacen a la gente espantajos.

-Guarda o meyor tisou pa o meis de Sao Joao.

-Correr la piogada. (ajustar las cuentas)

-Tanto apaleo. (tanta conversación)

-No quiero estar con la pendensia. (con cargos de algo)

-No quiero estar a obedensias. (estar sujeta a órdenes)

-Con esto me gobierno. (lo que gano)

-As festas do careto. (martirizar)

-Trás lá u asucri. (dame el azucarero)

-Parece que fuistes a la pida. (cuando hay mucho dinero en menudo)

-Morcela de pretu, atari y pendurari.

-Estamos con la tarea. (trabajando)

-Andar a los trambullones. (andar mal)

-Obra de fallanca. (obra mal hecha)

-Estar en pancas. (estar en vilo)

-Quen u mamó, mamó.

-Formar zarabayos. (hacer jaleo)

-Fondayus du café. (asientos del café)

-Yenti de Lisboa en Santarem, no va bem.

-U Entrudu em a rua, a Festa en casa.

-Arco iris al poniente, suelta los bueyes y vente.

-Si las palmeras del paseo están mirando al Cristo de la Piedad, a los tres días lloverá.

-De gavilla a gavilla, hambre amarilla.

-San Blas bendito, que se ahoga este animalito.

-Tiempo de las habas verdes. (sin vender nada)

-Fai un sol de carayu.

-E comu u caroxu da amexa, nem dá nem dexa.

-E pasianti en corti y revolvedori de esquinas (al que no quiere trabajar y presume)

-Un añito más, un lacito más.

-Tu que no puedes, llévame a cuestas.

-Hay moquillo. (no hay dinero)

-Caldu fervidu, gosto perdidu.

-Quien quiera saber, mentiras con él cumplir y mentir.

-Meter espina para sacar sardina.

-Si el pulero tuviera abejas nadie entraría en él; pero corno hay miel, todos entran en él.

-Jugar a la soga. (jugar a la comba)

-U burru da tarefa. (el burro de la tinaja)

-Es un baulé. (quien cambi,a de opinión y manera de ser, veleta)

-Sapatiños de batir a porta. (se ponen cuando se va de visita, o en casos solemnes, se tienen reservados para ello).

-A nidu fetu, pega morta. (quiere decir que cuando uno ha luchado en la vida y ha conseguido un bienestar, se tiene que morir)

-Ir de cú tremidu. (que viaja mucho, que tiene poco asiento)

-Arcus da bella pura tardi, nao ven en balde.

-No tiene duda (al preguntar por la salud)

 

Pero, uno de los dichos más populares es:

“Las mujeres de Olivenza no son como las demás porque son hijas de España y nietas de Portugal”

 

Fuentes:

  • Rita Asensio (1997). Dichos oliventinos; Págs. 11-19