La Virgen del Soterraño

En Barcarrota se cuenta que a las afueras del pueblo la Virgen se le apareció a un pastor que se encontraba en unos riscos junto a una fuente.

El pastor vio un destello de luz junto a un zarzal y al fijarse bien, se dio cuenta que era la imagen de la Virgen de Soterraño. Al principio creyó que era una muñeca, por lo que la cogió con sus propias manos y se la guardó en el bolsillo para dársela a su hija. Esto no fue posible ya que cuando llegó a su casa, la Virgen había desaparecido y el pastor creyó que la había perdido de camino.

Pasaron unos días y justo en el mismo lugar, el pastor volvió a ver la imagen de la Virgen. Volvió a cogerla y la guardó en su zurrón, cerrando éste para que no se le perdiera de nuevo. Sorprendentemente, la Virgen volvió a desaparecer una vez que el hombre llegó a casa.

Como ya había sucedido dos veces, el pastor no perdió la esperanza y volvió a los riscos esperanzado de volver a encontrarla allí. Una vez pasado el tiempo, mientras estaba remendando una albarca escuchó una voz que decía:

– ¿Qué haces?

El pastor miró y se dio cuenta que esa muñeca tan bonita le estaba hablando.

– Cosiendo una albarca rota ¿Quién eres?

– La Madre de Dios. Y quiero que en este lugar se levante una capilla en mi honor. Y que en recuerdo de este día el pueblo se llame Villanueva de Albarcarrota.

 El pastor incrédulo con lo que estaba sucediendo, contó lo sucedido. A partir de ese momento el pueblo empezó a llamarse Villanueva de Albarcarrota y las gentes del mismo construyeron una capilla y, posteriormente, la iglesia.

Esta leyenda es la más popular y representativa de las leyendas barcarroteñas porque además de ser una leyenda mariana, explica el cambio toponímico de la localidad pasando de ser Villanueva del Víctor a Villanueva de Albarcarrota, que con el paso del tiempo acaba derivando en Barcarrota tal y como se conoce.

Además, también se mezcla con las leyendas naturalistas, en concreto con el viejo culto a las aguas, fuentes, manantiales, ríos y baños.

 

Fuentes: