Category: 17.2 Tradiciones y expresiones orales

Los Mayos

Esta festividad también se conoce como Festa dos Maios en los pueblos de más allá de la Raya. Es una fiesta que se celebra en todos los pueblos de la Comarca de los Baldíos coincidiendo con el día del trabajador, el 1 de mayo, desde hace más de cincuenta años.

En algunos pueblos de esta comarca es una celebración fija, en la que participa todo el pueblo, mientras que en otros se busca que no se pierda, como en el caso de La Roca de la Sierra o Alburquerque, donde en el 2012 El Diario Hoy ya recogía el deseo de los alburquerqueños de no olvidarla y la última foto de los mayos, que se puede encontrar online, pertenece a 2017.

Según José Luis Olmo Berroca en su libro La Codosera; Un Pueblo con Raíces y Costumbres Rayanas, antiguamente, los mayos representaban al hombre y a la mujer. Los rasgos de la cara estaban pintados a mano, procurando que tuvieran una expresión satírica. Como mayo era el mes de la fertilidad se representaba a la mujer con una muñeca exuberante, resaltando su figura y en el caso del hombre, se representaba joven y en edad de procrear, para ello se le colocaban atributos masculinos muy destacados utilizando productos del campo, buscando así darle un toque divertido.

Ambos muñecos tenían que estar preparados y colocados, normalmente sentados, en las puertas de las casas. Se exponían desde primera hora para que cualquier persona que comenzara el recorrido por las calles, pudiera contemplarlos todos. Al lado de ellos se colocaba una mesa con una bandeja en la que solía haber alguna botella de licor con copas para obsequiar a los visitantes. Tras la fiesta, los mayos se quemaban en San Juan.

Hoy en día la fiesta ha cambiado, los mayos se acompañan de pancartas con mensajes reivindicativos y con referencias a temas de actualidad, hechos por cada persona que decida exponerlos y ya no se queman, sino que se reutilizan de un año para otro, se guarda el cuerpo y se cambia el diseño de cada uno para darles mayor utilidad.

Fuentes:

Vocabulario de Villar del Rey

Gentilicio: Villoros o Villariegos, gas

Vocabulario

A

  • Adefesio: Se dice de una persona excesivamente fea o extravagante
  • Agilar: Andar con rapidez
  • Ajorge: Erupción de color blanco en la boca de los niños recién nacidos o de pocos meses
  • Albehancón: Albahaca
  • Alcaldeo: Se dice cuando se censura o murmura
  • Alcaldora: Mujer ordinaria
  • Algaliar: Inclinar un carro para vaciar la mercancía
  • Alifafes: Tener algún handicap u obstáculo para conseguir algo
  • Apoipar: Alimentar en exceso
  • Asado: Vasija de barro para transportar agua

B

  • Bacineta: Vasija que sirve de orinal
  • Bamborrada: Conjunto excesivo de cosas
  • Barbiano: Hombre con barba
  • Bayonal: Barriada de Villar del Rey
  • Bejino: Color rojo fuerte
  • Bemoles: Persona que tiene mucha fuerza
  • Bichear: Se aplica a las personas que desarrollan mucha actividad
  • Billorroneh: Natural de Villar del Rey
  • Bobito: Petirrojo
  • Brivón: Pícaro
  • Bujarrón: Persona excesivamente callada o poco comunicativa
  • Bujio: Chozo redondo de reminiscencia árabe

C

  • Caganchin: Herrerillo común
  • Cagarrope: Cierto pájaro
  • Cala: Peseta
  • Calaña: Tener mala fama
  • Canario brabo: Lúgano o chamariz (ave)
  • Ceporro: Persona de poca cultura
  • Chabuco: Charco hondo
  • Chamarreta: Prenda de vestir semejante a una chaqueta
  • Chamusquina: “Formarse una chamusquina” es que ocurre algo fuera de lo normal
  • Chango: Persona zurda
  • Chapinal: Suelo excesivamente mojado
  • Charpazo: Caída, porrazo
  • Chascar: Se atribuye a la masticación de los cerdos
  • Chero: Mal olor
  • Chichirimundi: Voz pópuli. Todo el mundo
  • Chiflado: Persona fuera de lo normal
  • Chinchorrero: Persona criticona, murmuradora
  • Chinfarrada: Herida de gran longitud
  • Chirinola: Cabeza dura, terquedad
  • Chirrichofla: “Estar de chirrichofla” es estar de juerga
  • Churruscar: Asar algo en exceso
  • Cimbrantazo: Caída en mala postura
  • Codría: Tierra de baja calidad, poco fértil
  • Cogujón: Parte final de un embutido
  • Coila: ¡Coila¡, es una interjección
  • Comuelgo: Vasija llena a rebosar
  • Conchavar: Confidencia entre personas
  • Conchinchina: Lugar muy pequeño
  • Condumio: Tener alimentos en reserva
  • Condurar: Tomar de una cosa porciones pequeñas para hacerla durar más. Ahorrar
  • Conquillo: Preocupación por algún problema de conciencia
  • Cortesa: Ortega, pájaro
  • Coscarse: Moverse
  • Cotubia: Cojugada
  • Cuquero: Habitación o lugar muy pequeño
  • Curato: Carraleja
  • Cutadiño: Persona miserable

D

  • Damajuana: Garrafa pequeña para el vino
  • Desenquerar: Quedar una cosa muy limpia, con buena presentación
  • Destragado: Comer con exceso
  • Doblado: Desván de una vivienda
  • Dornajo: Comedero para los animales

E

  • Ehcribiora: Escribano montesino (ave)
  • Embarbascar: Embrollar, enredar, embarullar
  • Embilmar: Estar embargado o hipotecado por algo. Las personas que están “embilmadas” suelen decir “estoy embilmado con este asunto, con este problema, y no puedo hacer nada hasta que no me vea libre de él”
  • Emborrajado: Se califica así a los animales que están muy sucios
  • Empandinar: Anegar, inundar de agua
  • Empicar: Tener un empique es tener una inclinación por algo
  • Encangar: Sinónimo de embilmar
  • Encetar: Empezar a tomar de varios alimentos a la vez
  • Engorar: Esperar alguna fecha importante
  • Enguachinao/Enguachinar: Algo que está empapado en un líquido
  • Enguachinar: Empapar algo de agua
  • Enjalmo: Ponerse muchas prendas de vestir, abrigarse con exceso
  • Enjaretar: Crear algo y saber armarlo
  • Entalla: Pasar por malos momentos enfermedad, castigo, adversidad, sufrimiento
  • Escafurrio: Se dice del animal poco desarrollado
  • Escalanta: Mujer arrabalera, barriobajera
  • Eschangar: Estropear algo
  • Escorjar: Acobardarse de algo. Llenarse de complejos de inferioridad
  • Escotumizado: Raquítico, menguado
  • Esguacharrar: Aplastar algo
  • Estirancado: Quedar muerto sobre el suelo
  • Excullero: Persona excesivamente curiosa
  • Excusa: Cabezas de ganado que complementa el sueldo de los obreros
  • Expolijar: Sacudida de las plumas por los pájaros cuando están húmedas

F

  • Faca: Navaja grande
  • Farragua: Persona poco cuidadosa en el vestir
  • Farrajar: Romper algo a trozo
  • Farruco: Persona envalentonada
  • Farrumbar: Derruir un edificio
  • Fechadura: Cerradura
  • Fechar: Cerrar la puerta con llave
  • Foche: Lugar blanco donde juegan los niños a la picota

G

  • Gafo: Estar lleno de parásitos
  • Gallo del monte: Arrendajo
  • Gardona: Paraje del término de Villar del Rey. Es posible que este vocablo proceda de cardonal, lugar de cardos
  • Garulo: Persona inculta
  • Girete: Rotura en el vestido, rasgón
  • Girulo: Persona tonta
  • Gorgozar: Tomar las cosas a manos llenas, a puñados
  • Gurupéndola: Oropéndola

H

  • Hurapahto: Eslizón

I

  • Indilgar: Orientar sobre algo

J

  • Jabatada: Mordicada
  • Jalochón: Persona que cuida poco la ropa
  • Jaluso: Goloso
  • Jamponaza: Mujer de constitución fuerte y llena de salud
  • Jarapal: Parte inferior de la ropa interior
  • Jatear: Aprovisionarse de alimentos
  • Jatero: Muchacho recadero
  • Jeró: Mal humor
  • Jotril: Actividad ininterrumpida

L

  • Lacha: 1. Vergüenza. 2. Tener moral
  • Lambucero: Persona servil
  • Landear: Que mira y compara antes de decidirse por algo
  • Licorpenta: Mujer ordinaria, barriobajera
  • Londra gallega: Terrera
  • Londra real: Calandria común
  • Lubio: Parte central del yugo de un carro

M

  • Mamurata: Recibir prebendas en exceso
  • Mangaluchano: Descuidado en el vestir
  • Mañego: Persona con mucha habilidad manual
  • Marqueo: Acto de reconocimiento de los quintos
  • Matahogazo: Se dice de la persona que trabaja hasta el cansancio y la fatiga
  • Melindroso: 1. Miedoso. 2. Mimoso
  • Merla parda: Zorzal (ave)
  • Merla pardera: Zorzal charlo (ave)
  • Michanclería: Poca cantidad de alguna cosa
  • Mogango: Pereza, desgana, cansancio
  • Montañeh, sa: Pinzón vulgar (ave)
  • Moraga: Diversión, juerga. Estar de moraga
  • Morilla: Parte de una cocina que se destina a la hoguera
  • Motejar: Aquilatar las medidas al máximo

P

  • Pachorra: Persona de temperamento tranquilo
  • Paharo telaraña: Buitrón
  • Pajear: Observar las actuaciones de otra persona
  • Palera: Paliza
  • Pardala: Dormir la siesta
  • Peco: Tener algún daño o defecto
  • Pelillero/a: Que le gusta discutir sin necesidad
  • Perifollo: Persona que se adorna en exceso
  • Peringallo/a: Persona que no goza de buena conducta
  • Peripuesto/a: Persona que cuida la imagen
  • Periquete: Lo que sucede en escaso tiempo, en un momento
  • Petate: Conjunto de herramientas de labranza
  • Picanzo carnicero: Alcaudón real (ave)
  • Picanzo: Alcaudón (ave)
  • Pico barreno: Pico menor (ave)
  • Pinchapeh: Martín pescador (ave)
  • Pingo/a: Persona que no tiene buena conducta
  • Pitorrero/a: Persona que frecuenta mucho la calle
  • Pitorrin: Agachadiza común (ave)
  • Poipa: Abubilla (ave)
  • Porrúo/a: Calificativo que se aplica a las personas muy rudas, poco cultas
  • Pujarera: Tener prisa

R

  • Rebotajo: Restos de algo, saldo, sobrante
  • Rebumbar: Presumir
  • Recadar: Guardar algo en sitio seguro
  • Rechapera: Tomar el sol de lleno
  • Regojo: Trozo pequeño de pan
  • Repicapunto: Persona bien trajeada
  • Resolgar: No dejar descansar
  • Rorro/a: Recién nacido

S

  • Sabandija: Persona con excesivo genio
  • Sacadiña: Impuestos, cargas sobre algo
  • Saragata: Riña, reyerta
  • Sarasa: Calificativo que se da a las personas homosexuales
  • Senagüita: Varón que le gustan los oficios más propios de mujeres
  • Socochón/a: Que no acaba bien los oficios, las tareas
  • Soleta: Mujer libertina
  • Sopilforo/a: Persona muy libertina

T

  • Tagarnina: Borrachera
  • Tajada: Borrachera
  • Tanga: Rayuela, elemento de juego
  • Tarugo: Tronco de leña muy pesado
  • Torteo: Cosa muy usada
  • Trapacero/a: Persona que le gusta el enredo
  • Trasconejado: Perdido de vista, escondido, extraviado
  • Trastesón: Acciones, sucesos, que se dan de forma discontinua
  • Tremadal: Persona excesivamente obesa
  • Trifulca: Enredo, riña
  • Tuero: Trozo grande de algún alimento
  • Tufado/a: Enfadado

V

  • Villorro: Villarense, gentilicio natural de Villar del Rey

Z

  • Zalambarcazo: Caída
  • Zaragata: Riña, reyerta
  • Zurrumicale: Cernícalo (ave)

Fuentes:

Las adivinanzas de Juanillo

El siguiente cuento está catalogado dentro del libro en el apartado de Cuentos maravillosos.

Pedro Montero Montero en su artículo Literatura tradicional cuentos populares extremeños: Una aportación metodológica desde la etnografía (Pág. 9), habla de cómo estos cuentos en Extremadura se conocen como Cuentos de encantamiento, registrado así por Sergio Hernández Soto en su libro Cuentos Populares de Extremadura de 1886, ya que se considera que en ellos aparecen diversos personajes y seres especiales realizando actividades mágicas, sobrenaturales o, incluso, sobrehumanas.

Las adivinanzas de Juanillo (Imagen sacada del libro los cuentos populares extremeños en la escuela de Pedro Montero Montero)

Pues, señor, cuentan de un tal Juanillo que era tonto y que tenía una madrastra.

La madrastra no sabía cómo deshacerse de él. Un buen día salió una orden de que quien dijera tres adivinanzas a la Reina sin que las acertase se casaría con ella.

Así que se enteró, Juanillo decidió probar fortuna.

La madrastra, para que no volviera más, le envenenó tres panes y se los metió en las alforjas de su burra Pancha.

Después de andar y andar, se puso a descansar un rato bajo uno de los árboles del camino y se quedó dormido.

La burra, mientras tanto, se comió los tres panes de las alforjas, muriéndose inmediatamente.

En esto, vinieron tres cuervos, picaron de la burra y murieron también.

Cuando despertó Juanillo vio a su burra muerta junto a los tres cuervos y trozos de los tres panes.

Inmediatamente se da cuenta, a pesar de lo tonto que era, de que alguien los había envenenado.

Así que, coge sus cosas y prosigue su camino.

Sin bocado que llevarse a la boca, le sale una liebre, le tira una piedra y la mata. Pero, mira por dónde, la liebre estaba preñá.

– ¿Qué hago con la liebre si no tengo leña para asarla? ¿Y qué hago sin nada para beber?

Con estos pensamientos siguió andando, andando, hasta ver los paredones de una ermita medio derrumbada.

Se enlió a buscar por allí y descubrió la pila bautismal todavía con agua.

– ¡Qué bien, aquí hay agua!

Bebió y apagó su sed.

– ¿Y cómo aso la carne?

Volvió a buscar y encontró unos libros viejos.

– Esto, para asar la liebre.

Así lo hizo y acabó con el hambre que llevaba.

No hacía un rato que había comido cuando, pensando, pensando, se le vinieron las tres adivinanzas que haría a la Reina.

Total, que, a la mañana siguiente, después de mucho andar, llegó al Palacio de la Reina y pidió audiencia.

– Ahí van las tres adivinanzas, Majestad:

«Tres mataron a Pancha y Pancha mató a tres.

Tiré a lo que vi y maté lo que no vi.

Comí carne que con palabras fue asada y bebí agua que ni

en la tierra ni en el cielo estaba».

Y como no supo contestarle, la Reina cumplió su palabra y se casó con Juanillo.

Y se casaron, fueron felices, comieron perdices y a mí me dieron con un hueso en las narices.

La solución al acertijo se saca del (Acertijos Extremeños, Juan Rodríguez Pastor):

Tres (panes envenenados) mataron a Pancha (la burra que los comió) y Pancha mató a tres (cuervos que picaron en ella, ya muerta). Tiré a lo que vi (una liebre) y maté lo que no vi (estaba preñada). Comí carne (de la liebre) que con palabras (con libros) fue asada y bebí agua (bendita) que ni en la tierra ni el cielo estaba (en la pila bautismal).

Fuentes: