Category: 12.3.1 Conocimientos ecológicos tradicionales

Supersticiones en Alburquerque

Desde la antigüedad, siempre se ha atribuido una explicación mágica a situaciones cotidianas sin evidencia científica. Así, a lo largo de esta entrada, veremos diversas supersticiones recogidas de Alburquerque por Eugenio López Cano:

Supersticiones de animales

  • Canto: El canto de la lechuza, el aullido del perro y cuando las gallinas cantan como gallos, son presagios de muerte:

«Madre, un perro aúlla trah la puerta,

Anteh de que venga’l’alba,

Yo ya’ehtoy muerta»

  • Extravío: Se rezan los versos de San Antonio durante la noche:

«El peligro se retira,

Y loh pobre van remediando…»

Solo vale hasta la salida del sol. Se creía que así se les enchavellaba (enchavetaba, viene de enchavetar. Es como si a los lobos se les cosiera la boca) la boca a los lobos impidiendo que se comieran el ganado.

  • Heces: Para que a un perro le cueste más hacer sus deposiciones, se cruzan los dedos meñiques al tiempo que se reza:

«San Pedro que no cagu’el perro

San Juan que n ocague má»

Supersticiones de enamorados

  • Amor: 1. Si se regala una navaja, se corta el amor. 2. Si lo que se regala es una cruz, habrá desavenencias en el matrimonio
  • Casamiento: La persona a la que le barran los pies con una escoba, no se casa
  • Hipo: Si tenemos hipo, queremos que se nos quite y nuestra pareja está lejos, se dice:

«Hipo tengo, a mi amor se lo recomiendo,

Si me quiere bien, que se quede con él

Y si me quiere mal, que me lo eche p’atrá»

  • Suerte: 1. Es de mala suerte casarse con un cojo. 2. También da mala suerte entrar con el pie izquierdo en la iglesia o ver un entierro a la salida de la misma

Supersticiones relacionadas con la lluvia

  • Presagio de lluvia: 1. Soñar con toros. 2. Llevar una prenda del revés. 3. Pregón de cacharreros y paragüeros, son presagios de que va a llover. 4. Se dice lo mismo de la grulla:

«Vuelo de la grulla, agua segura»

Si la grulla pía mucho, es que lloverá en abundancia y si vuela en dirección al castillo de Alburquerque (oeste) es que llueve seguro. Si regresa, es que escampa.

Supersticiones relacionadas con personas

  • Oreja: Si la oreja derecha está colorada, es que hablan bien de ti. Si es la oreja izquierda la que lo está, es que alguien te está criticando. Es costumbre, entonces, morderse la lengua y decir:

«De la muralla maj’alta se caiga quien mal me quiera

Si eh mujé, que reviente,

Si ej’ hombre, de rabia muera»

  • Año: Si el año es bisiesto se decía que moría una embarazada
  • Nariz: Si te pica significa que una vieja te viene siguiendo o que quiere darte un beso
  • Dedo: Cuando alguien se pincha con la aguja de coser en un dedo significa, según el dedo que se pinche:
    • Pulgar: Indica viaje
    • Índice: Una declaración amorosa
    • Corazón: Una carta
    • Anular: Tristeza
    • Meñique: Alegría
  • Pestaña: Cuando una persona ve en otra que tiene una pestaña caída, ésta la coge y la coloca sobre su dedo corazón. La persona a la que pertenezca la pestaña, pondrá su dedo corazón pegado al de la persona que haya encontrado la pestaña y ambas pedirán un deseo. Cuando se separen los dedos, a la persona a la que la pestaña se le quede pegada es a quien se le cumplirá el deseo.

Una variante de esto es recoger la pestaña de otra persona e introducírsela en el pecho, mientras se dice: «Mañana resibiré carta».

  • Beber: Si una persona bebe boca abajo, se va a constipar
  • Orzuelo: Si a una persona le salía un orzuelo se pensaba que una embarazada le había pedido un antojo
  • Solitaria: Para que alguien quedara libre de la solitaria (parásito), se le colgaba boca abajo con un plato de aceite a la altura de los ojos. Con la creencia de que el animal saldría para comer.

Supersticiones relacionadas con plantas

  • Dolor de muelas: Una cruz hecha de mesto y atada al cuello para el dolor de muelas
  • Hechizados: Se les coloca una hoja de parra en la cabeza. Se coloca una hoja también, pero de laurel, para los desequilibrados
  • Hernia: Hacer una cruz en el tronco del mesto (híbrido entre encina y alcornoque) para curarla
  • Suerte: Da mala suerte tener en casa: pensamientos, tréboles, pasionarias, hortensias, corre corre, etc…
  • Viaje: Colocar una hoja de laurel en un plato de comida augura un próximo viaje

Supersticiones relacionadas con las tormentas

  • Aplacar tormentas: 1. El Sábado Santo, en la vigilia Pascual, se bendecía el cirio, si se llevaba uno, y este servía después para utilizarlo en los días de mucha tormenta o para los enfermos muy graves. 2. También se encendía una vela con papel rojo mientras se rezaba:

«Santa Bárbara bendita,

En el cielo hay una ermita con papel colorao

Que se vaya la tormenta pa’l’otro lao»

  1. Se cogía la angélica en la víspera de la Asunción y se guardaba en bolsitas con forma de corazón junto con espliego y romero. El día de la Ascensión se bendecían los campos y se pasaban por las Santas Reliquias (una presión que ya existía en el siglo XIII) para arrojar un poco del contenido de la bolsa en el brasero o en la lumbre para ahuyentar las tormentas.

Supersticiones de verrugas

  • Hoja de encina: 1. Se cuentan todas las protuberancias que tenga la hoja coincidiendo con el número de verrugas que tengamos y nos la guardaremos en el bolsillo. Al secarse la hoja, las verrugas desaparecerán. 2. Se hace lo mismo, pero se hacen tantas cruces en la rama de un olivo como verrugas se tengan y luego, posteriormente, se enterrará la rama en un lugar apartado.
  • Sal: Si echas tres puñados de sal en la puerta de otra casa, la persona que viva allí acabará contagiándose de verrugas.

Supersticiones relacionadas con ropa

  • Del revés: Ponerse una prenda al revés, no darse cuenta de ello y teniendo que avisarte otra persona, significa que pronto se recibirá un regalo esperado 

Varias supersticiones

  • Herniados: Las mujeres de Alburquerque llevaban a sus hijos herniados a San Vicente de Alcántara, donde se les introducía por entre una vara de mimbre abierta mientras se decía:

«Quebrado lo entrego, sano me lo darás»

  • Luego se ataba con una cinta la parte separada de la mimbre y, si se volvía a unir, era señal de que el niño se había curado
  • Suerte: Da mala suerte: 1. Ver tres curas juntos. 2. Cortar la cola a un caballo. 3. Acostarse al revés. 4. Barrer de noche. 5. Darle la vuelta a una silla o a un paraguas abierto. 6. Ver un tuerto. 7. El sonar de las latas… Ante todo, esto cualquier cosa podría pasar, podría morir el hijo más pequeño o, incluso, el primogénito.
  • Tercianas: Son fiebres que se repiten cada tres días. Cuando no se sabía cómo remediarlas, el enfermo se dirigía a una fuente cualquiera y arrojaba, por encima del hombro, un puñado de sal mientras decía:

«Tersiana tengo, tersiana son

Aquí te lah quedo San’Ehpolón»

  • Esto se decía debido a la creencia de que las fiebres se le contagiaban al primero que parara en dicha fuente. Se curaban con el ajogamiento o la piedra de San Bartolomé (en agosto)

Fuentes:

El alunamiento

El sol ha sido, por excelencia, el astro que da vida y, por contraparte, se le ha atribuido a la luna un poder oculto, debido quizás a las diferentes transformaciones que sufre en distintas épocas del año.

Desde la antigüedad, la luna ha jugado un papel importante en la tradición popular, el dicho la luna nos trae, la luna nos llevadeja implícito este pensamiento. Se creía que, en la noche de San Juan, la luna mataba a un moro o a una mora y que, posteriormente, durante la celebración de las fiestas de este santo, tendrían que morir un mozo o una moza, o ambos a la vez.

Podemos encontrar el culto a la luna en cualquier parte, creando en torno a ella una serie de ritos por los cuales los malos designios se transforman en buenos:

“Tres somos de la raya, dos de Alburquerque y la capitanita, de Valdefuentes” (1)

(1) Referido a las brujas que concurrían a los aquelarres de la provincia de Badajoz (D. Bonifacio Gil – Cancionero Popular de Extremadura).

Muchas son las supersticiones que forman parte de la luna. El hecho de dormir con la cara descubierta a la luz de la luna es un presagio de varias enfermedades como la locura, reumatismo o la jaqueca, entre otras.

Se creía que, cuando uno se iba a dormir y la única parte de la casa que estaba abierta era la chimenea, la luna podía entrar por ella. Por ello, en la ceniza que había en el suelo había que hacer una cruz o dejar cruzadas las tenazas y el badil para proteger la casa de su influjo. 

Otra lectura que se hace de la luna es que, dependiendo de su oscuridad, se entiende como señal de lluvia, o cuando ésta lleva cerco, significa que va a escampar.

“Luna nueva y con troná, trenta diah d’inverná”

Algunas supersticiones que hemos encontrado dicen que: 

  • Las embarazadas, a partir del séptimo mes y en luna llena, son propensas a que se les adelante el parto. 
  • La carne que haya sido expuesta a la luz de la luna, termina pudriéndose y llenándose de gusanos. 
  • El carácter de las personas está ligado estrechamente a la luna.

Pero, de todas las supersticiones, la más popular y extendida es la de que uno debía librarse bien de no mirarla, sobre todo en plenilunio y, especialmente, quienes tenían que esquivarla eran los niños. 

A lo largo de esta entrada, analizaremos el fenómeno del alunamiento a través de diversas fuentes, haciendo especial hincapié en el artículo escrito por Eugenio López Cano, fo y Julián Cano Izquierdo, en la revista Saber Popular, en el cual se recogen vivencias y opiniones de diferentes personas de Alburquerque para explicar esta superstición convertida en tradición.

El arrebato de la luna

En Alburquerque cualquier persona puede ser cogida por la luna e, incluso, existe un ritual imprescindible para la curación total de esta enfermedad lunar.

Los síntomas de esta enfermedad son muy variados, aunque se pueden enmarcar en malestar general: desde sentirse mareado hasta estremecerse o estirarse en la cama por tener algo de fiebre.

Hay que distinguir entre estar cogido por la luna y estar muy cogido por la luna, a este último estado se le llama quebranto. La diferencia principal entre ambos estados son los síntomas, si son fiebres altas y demás, sería quebranto.

Los niños son más receptivos al influjo lunar que los adultos, sobre todo cuánto más pequeños sean. Uno de los principales síntomas que suelen afectarles es el estremecimiento. Cuando están malos de la barriga, ya sea por un empacho, cólico u otro motivo, es un estado que se conoce con el nombre de luna entripá. El rezo para curar esta dolencia lo veremos más adelante. 

Los movimientos del astro

Las fases de la luna son muy importantes, ya que se cree que la luna coge a las personas cuando hace el movimiento. Por ejemplo, cuando la luna pasa de nueva a creciente, que es un cuarto, es “cuando una persona siente el quebranto en el cuerpo”. 

Cabría destacar qué cuartos de la luna son los más dañinos, pero se desconoce. Los informantes sí coinciden en que lo peor que te puede pasar es que la luna te coja cuando está llena.

Según un informante, un indicador para saber la maldad de la luna es la posición de sus cuernos y su brillo. Sobre sus cuernos deja constancia el siguiente dicho: 

“Mala viene la luna, trae los cuernos empinaos”

Refiriéndose a que “cuando la luna tiene los cuernos tendidos no te coge ni te hace efecto”. Sobre su brillo tenemos que, cuando la luna brilla, es mucho más perjudicial ya que ella misma nos está diciendo que “no se le puede mirar mucho”.

Los movimientos de la luna tienen relación con el tiempo, de hecho, parece que el agente maléfico en sí es más el tiempo que la fase de la luna. Por ejemplo, en un día nublado puedes notar más el cogimiento de la luna.

Sobre la receptividad de las personas al influjo lunar

Las personas que entienden de la luna parecen ponerse de acuerdo en que hay personas que son más propensas al influjo lunar, pero no coinciden en el por qué. Comentan que puede ser posible debido a su naturaleza pues “quien tiene la naturaleza má recia, le coge menos”.

También hay una creencia de que el influjo lunar depende de la alimentación que se tenga, así pues, es recomendable comer de acuerdo a la fase lunar, sobre todo si la luna está llena.

Tiene relación también con el humor de la persona, dependiendo del humor que tenga se diría que “ehtá de buena o mala luna” cuando ésta goza de buen o mal humor.

Acerca del destino

Del dicho la luna nos trae, la luna nos lleva que se mencionaba al inicio, el autor del artículo comenta diversas convicciones populares relacionadas con el mismo y sobre la idea de la presencia de la luna en el destino del mundo. 

La primera parte del dicho, la luna nos trae, se relaciona con la responsabilidad que tiene la luna en todo acto creador de vida. Eso se ve en distintas opiniones recogidas de los informantes: 

“¿Cuántas lunas estás en el vientre de tu madre?, pues son nueve lunas, entonces tu vienes al mundo con las lunas. Viene el crío a nacer, viene con la luna”

Se hace énfasis en la luna como el centro de todo, llegando a formar parte en la gestación y en la creencia de que, sin su ayuda, no hay nacimiento. 

En la segunda parte del dicho, la luna nos lleva, la donadora de vida se convierte a su vez en donadora de muerte. Ya que la luna puede coger a personas sanas y privarles de su salud. En el artículo, al preguntar a diversos informantes acerca de cómo nos lleva la luna, responden:

“Pues a lo mejor en un movimiento que haga la luna pues es cuando nos morimos, dicen que es así”

“Yo lo tengo visto, solo he visto dos muertos. Si ahora una persona se pone muy grave muy grave, a la salida de la luna o a la recogida […] te pones pa morirte. O te mueres cuando sale la luna o te mueres al ponerse la luna”

Con todas estas citas de informantes se deduce que la luna solo te lleva cuando tu estado de salud es muy deficiente. No hay que ver a la luna como el factor desencadenante de la enfermedad o de la muerte sino como la última causa de esta.

La luna no es la única que maneja el destino, unas veces es responsable ella y otras veces lo es la voluntad divina. Ambas confluyen en los rituales de curación.

La curación

Existen varios rituales para curar las afecciones lunares. Está el ritual de la luna y el ritual del quebranto, ambos son básicamente el mismo, pero diferenciando únicamente la oración principal.

En ambos rituales se empieza con una bendición inicial del agua, contenida en un plato. Esta bendición suele hacerse tres veces y a ella le sigue la oración correspondiente (la de la luna o el quebranto), que también se dice tres veces, tras ella un (o más) Padre Nuestro, un Ave María (o tres) y otra bendición del agua.

Tras todo esto, se echan al plato tres gotas de aceite de oliva. Si estas gotas se esparcen sin dejar rastro, se confirma que la persona estaba cogida por la luna y habría que repetir el ritual. Según algunos informantes habría que repetirlo tres veces más y, según otros, nueve veces. Como se puede ver, los números de las repeticiones siempre son impares.

La estructura general de la oración suele ser siempre la misma, aunque de una persona a otra pueden variar algunas palabras ya que la oración fue enseñada por portugueses debido a la proximidad con el país.

Eugenio López Cano recoge la versión más común de la oración en la revista Alminar Nº51:

«Luna, por aquí pasahte

y la salú de … llevahte

Luna por aquí vilvihte’ j’ a pasá

y la salú de … dejahte».

David Cuño Tarriño recoge, en su Trabajo Fin de Máster, dos formas diferentes de realizar el rezo a la luna gracias a dos informantes. Según la primera informante, antes de realizar el rezo, la persona que lo realiza hace la señal de la cruz sobre la taza tres veces, luego se santigua otras tres veces y pasa a recitar la siguiente oración:

«La luna bendita pasó por aquí

y el cuerpo de (nombre de la persona) se llevó

La luna bendita volverá a pasar

y el cuerpo de ______quedará

y el suyo se llevará»

Tras la oración, la persona que realiza el rezo vuelve a hacer tres cruces en la taza y se santigua otras tres. Después, se unta el dedo en aceite y se echan tres gotas en el agua; si el aceite se esparce por el agua, es que la persona a quien se le reza está cogida por la luna. En caso de que las gotas queden intactas, es que no lo está.

Para que la oración tuviera mayor efecto, esta debía de realizarse en presencia del enfermo. También podría llevarse a cabo estando ausente el mismo, pero entonces era necesario que la persona que fuera a realizar la oración, la hubiera recibido y aprendido de una persona de más edad que el enfermo.

Según la segunda informante, la práctica se realizaría de una forma distinta. Primero se haría la señal de la cruz sobre una taza con agua y después se recitaría lo siguiente:

«Bendigo a _____ de luna, de sol y de quebranto

En el nombre del Padre, del Hijo, 

de la Virgen María y del Espíritu Santo

(3 veces)»

El proceso del agua y del aceite se haría exactamente igual que en el ejemplo de la primera informante.

En el caso de Almendral, recogido en la revista Saber Popular nº12, la oración varía un poco:

«Bendita luna que por aquí pasaste, tu mancha negra dejaste en el corazón de (se dice el nombre de la persona a la que se está curando),

bendita luna volverás a pasar tu mancha negra, me la quedarás y el corazón (se vuelve a decir el nombre del que se está curando) se lo devolverás”

La oración de la luna entripá no es conocida por muchas personas. En la revista Saber Popular nº2 se recoge información acerca del contexto en el que se produce la oración, gracias a un informante:

“La virgen alivie su dolor y quebranto, Gloria al padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. 

Eso na más que pa sobarle la barriga a los niños, eso no es rezarle a la luna tres veces y entonces se está haciendo con el aceite y con el espliego, después eso lo coges, lo fríes y entonces ese aceitino lo tienes frío y cuando la niña la estás vistiendo, pues la dices esa oracioncina. 

Pero eso no la bendecía, eso yo no me ponía en el plato nada para bendecirla”. 

Para algunos informantes, cuando sospechaban estar cogidos por la luna, no siempre hacían el rito completo. Simplemente se rezaban las oraciones para sí. Para otros esto no servía, pues el rito es algo imprescindible para salvarse del influjo de la luna. 

Lo que sí que tienen en común ambos, es que, sin fe, la curación no servía, era algo indispensable y en lo que hacían hincapié:

“Ahora que le digo yo que los mismos, los versos (de San Antonio) que la luna como no se tenga fe no valen pa na, réceme usted la luna y no tiene fé, como si no se le rezaba”

También eran de frecuente uso diversos amuletos para contrarrestar la influencia en los niños. Se recoge referencias de dos amuletos:

  • El primero es un amuleto, de oro o plata, en forma de media luna que llaman luneta y que “detenía mucha fuerza a la luna” cuando los niños eran cogidos por ella. 
  • El segundo es una mano con el puño cerrado y el dedo pulgar hacia arriba, que colgaba del cuello de los adultos y de los recién nacidos, llegando incluso a conservarlos a lo largo de toda su vida. 
  • También, si la familia podía permitírselo, se utilizaba una pulsera de coral mediante la cual se creía que potenciaba el efecto y que sería mucho mayor.

Como hemos podido ver, la luna ha formado parte de las diferentes manifestaciones de la vida de las personas a lo largo de toda la región, llegando incluso a usarse en el cancionero popular.

Fuentes: