El alunamiento
El sol ha sido, por excelencia, el astro que da vida y, por contraparte, se le ha atribuido a la luna un poder oculto, debido quizás a las diferentes transformaciones que sufre en distintas épocas del año.
Desde la antigüedad, la luna ha jugado un papel importante en la tradición popular, el dicho “la luna nos trae, la luna nos lleva“ deja implícito este pensamiento. Se creía que, en la noche de San Juan, la luna mataba a un moro o a una mora y que, posteriormente, durante la celebración de las fiestas de este santo, tendrían que morir un mozo o una moza, o ambos a la vez.
Podemos encontrar el culto a la luna en cualquier parte, creando en torno a ella una serie de ritos por los cuales los malos designios se transforman en buenos:
“Tres somos de la raya, dos de Alburquerque y la capitanita, de Valdefuentes” (1)
(1) Referido a las brujas que concurrían a los aquelarres de la provincia de Badajoz (D. Bonifacio Gil – Cancionero Popular de Extremadura).
Muchas son las supersticiones que forman parte de la luna. El hecho de dormir con la cara descubierta a la luz de la luna es un presagio de varias enfermedades como la locura, reumatismo o la jaqueca, entre otras.
Se creía que, cuando uno se iba a dormir y la única parte de la casa que estaba abierta era la chimenea, la luna podía entrar por ella. Por ello, en la ceniza que había en el suelo había que hacer una cruz o dejar cruzadas las tenazas y el badil para proteger la casa de su influjo.
Otra lectura que se hace de la luna es que, dependiendo de su oscuridad, se entiende como señal de lluvia, o cuando ésta lleva cerco, significa que va a escampar.
“Luna nueva y con troná, trenta diah d’inverná”
Algunas supersticiones que hemos encontrado dicen que:
- Las embarazadas, a partir del séptimo mes y en luna llena, son propensas a que se les adelante el parto.
- La carne que haya sido expuesta a la luz de la luna, termina pudriéndose y llenándose de gusanos.
- El carácter de las personas está ligado estrechamente a la luna.
Pero, de todas las supersticiones, la más popular y extendida es la de que uno debía librarse bien de no mirarla, sobre todo en plenilunio y, especialmente, quienes tenían que esquivarla eran los niños.
A lo largo de esta entrada, analizaremos el fenómeno del alunamiento a través de diversas fuentes, haciendo especial hincapié en el artículo escrito por Eugenio López Cano, fo y Julián Cano Izquierdo, en la revista Saber Popular, en el cual se recogen vivencias y opiniones de diferentes personas de Alburquerque para explicar esta superstición convertida en tradición.
El arrebato de la luna
En Alburquerque cualquier persona puede ser cogida por la luna e, incluso, existe un ritual imprescindible para la curación total de esta enfermedad lunar.
Los síntomas de esta enfermedad son muy variados, aunque se pueden enmarcar en malestar general: desde sentirse mareado hasta estremecerse o estirarse en la cama por tener algo de fiebre.
Hay que distinguir entre estar cogido por la luna y estar muy cogido por la luna, a este último estado se le llama quebranto. La diferencia principal entre ambos estados son los síntomas, si son fiebres altas y demás, sería quebranto.
Los niños son más receptivos al influjo lunar que los adultos, sobre todo cuánto más pequeños sean. Uno de los principales síntomas que suelen afectarles es el estremecimiento. Cuando están malos de la barriga, ya sea por un empacho, cólico u otro motivo, es un estado que se conoce con el nombre de luna entripá. El rezo para curar esta dolencia lo veremos más adelante.
Los movimientos del astro
Las fases de la luna son muy importantes, ya que se cree que la luna coge a las personas cuando hace el movimiento. Por ejemplo, cuando la luna pasa de nueva a creciente, que es un cuarto, es “cuando una persona siente el quebranto en el cuerpo”.
Cabría destacar qué cuartos de la luna son los más dañinos, pero se desconoce. Los informantes sí coinciden en que lo peor que te puede pasar es que la luna te coja cuando está llena.
Según un informante, un indicador para saber la maldad de la luna es la posición de sus cuernos y su brillo. Sobre sus cuernos deja constancia el siguiente dicho:
“Mala viene la luna, trae los cuernos empinaos”
Refiriéndose a que “cuando la luna tiene los cuernos tendidos no te coge ni te hace efecto”. Sobre su brillo tenemos que, cuando la luna brilla, es mucho más perjudicial ya que ella misma nos está diciendo que “no se le puede mirar mucho”.
Los movimientos de la luna tienen relación con el tiempo, de hecho, parece que el agente maléfico en sí es más el tiempo que la fase de la luna. Por ejemplo, en un día nublado puedes notar más el cogimiento de la luna.
Sobre la receptividad de las personas al influjo lunar
Las personas que entienden de la luna parecen ponerse de acuerdo en que hay personas que son más propensas al influjo lunar, pero no coinciden en el por qué. Comentan que puede ser posible debido a su naturaleza pues “quien tiene la naturaleza má recia, le coge menos”.
También hay una creencia de que el influjo lunar depende de la alimentación que se tenga, así pues, es recomendable comer de acuerdo a la fase lunar, sobre todo si la luna está llena.
Tiene relación también con el humor de la persona, dependiendo del humor que tenga se diría que “ehtá de buena o mala luna” cuando ésta goza de buen o mal humor.
Acerca del destino
Del dicho la luna nos trae, la luna nos lleva que se mencionaba al inicio, el autor del artículo comenta diversas convicciones populares relacionadas con el mismo y sobre la idea de la presencia de la luna en el destino del mundo.
La primera parte del dicho, la luna nos trae, se relaciona con la responsabilidad que tiene la luna en todo acto creador de vida. Eso se ve en distintas opiniones recogidas de los informantes:
“¿Cuántas lunas estás en el vientre de tu madre?, pues son nueve lunas, entonces tu vienes al mundo con las lunas. Viene el crío a nacer, viene con la luna”
Se hace énfasis en la luna como el centro de todo, llegando a formar parte en la gestación y en la creencia de que, sin su ayuda, no hay nacimiento.
En la segunda parte del dicho, la luna nos lleva, la donadora de vida se convierte a su vez en donadora de muerte. Ya que la luna puede coger a personas sanas y privarles de su salud. En el artículo, al preguntar a diversos informantes acerca de cómo nos lleva la luna, responden:
“Pues a lo mejor en un movimiento que haga la luna pues es cuando nos morimos, dicen que es así”
“Yo lo tengo visto, solo he visto dos muertos. Si ahora una persona se pone muy grave muy grave, a la salida de la luna o a la recogida […] te pones pa morirte. O te mueres cuando sale la luna o te mueres al ponerse la luna”
Con todas estas citas de informantes se deduce que la luna solo te lleva cuando tu estado de salud es muy deficiente. No hay que ver a la luna como el factor desencadenante de la enfermedad o de la muerte sino como la última causa de esta.
La luna no es la única que maneja el destino, unas veces es responsable ella y otras veces lo es la voluntad divina. Ambas confluyen en los rituales de curación.
La curación
Existen varios rituales para curar las afecciones lunares. Está el ritual de la luna y el ritual del quebranto, ambos son básicamente el mismo, pero diferenciando únicamente la oración principal.
En ambos rituales se empieza con una bendición inicial del agua, contenida en un plato. Esta bendición suele hacerse tres veces y a ella le sigue la oración correspondiente (la de la luna o el quebranto), que también se dice tres veces, tras ella un (o más) Padre Nuestro, un Ave María (o tres) y otra bendición del agua.
Tras todo esto, se echan al plato tres gotas de aceite de oliva. Si estas gotas se esparcen sin dejar rastro, se confirma que la persona estaba cogida por la luna y habría que repetir el ritual. Según algunos informantes habría que repetirlo tres veces más y, según otros, nueve veces. Como se puede ver, los números de las repeticiones siempre son impares.
La estructura general de la oración suele ser siempre la misma, aunque de una persona a otra pueden variar algunas palabras ya que la oración fue enseñada por portugueses debido a la proximidad con el país.
Eugenio López Cano recoge la versión más común de la oración en la revista Alminar Nº51:
«Luna, por aquí pasahte
y la salú de … llevahte
Luna por aquí vilvihte’ j’ a pasá
y la salú de … dejahte».
David Cuño Tarriño recoge, en su Trabajo Fin de Máster, dos formas diferentes de realizar el rezo a la luna gracias a dos informantes. Según la primera informante, antes de realizar el rezo, la persona que lo realiza hace la señal de la cruz sobre la taza tres veces, luego se santigua otras tres veces y pasa a recitar la siguiente oración:
«La luna bendita pasó por aquí
y el cuerpo de (nombre de la persona) se llevó
La luna bendita volverá a pasar
y el cuerpo de ______quedará
y el suyo se llevará»
Tras la oración, la persona que realiza el rezo vuelve a hacer tres cruces en la taza y se santigua otras tres. Después, se unta el dedo en aceite y se echan tres gotas en el agua; si el aceite se esparce por el agua, es que la persona a quien se le reza está cogida por la luna. En caso de que las gotas queden intactas, es que no lo está.
Para que la oración tuviera mayor efecto, esta debía de realizarse en presencia del enfermo. También podría llevarse a cabo estando ausente el mismo, pero entonces era necesario que la persona que fuera a realizar la oración, la hubiera recibido y aprendido de una persona de más edad que el enfermo.
Según la segunda informante, la práctica se realizaría de una forma distinta. Primero se haría la señal de la cruz sobre una taza con agua y después se recitaría lo siguiente:
«Bendigo a _____ de luna, de sol y de quebranto
En el nombre del Padre, del Hijo,
de la Virgen María y del Espíritu Santo
(3 veces)»
El proceso del agua y del aceite se haría exactamente igual que en el ejemplo de la primera informante.
En el caso de Almendral, recogido en la revista Saber Popular nº12, la oración varía un poco:
«Bendita luna que por aquí pasaste, tu mancha negra dejaste en el corazón de (se dice el nombre de la persona a la que se está curando),
bendita luna volverás a pasar tu mancha negra, me la quedarás y el corazón (se vuelve a decir el nombre del que se está curando) se lo devolverás”
La oración de la luna entripá no es conocida por muchas personas. En la revista Saber Popular nº2 se recoge información acerca del contexto en el que se produce la oración, gracias a un informante:
“La virgen alivie su dolor y quebranto, Gloria al padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo.
Eso na más que pa sobarle la barriga a los niños, eso no es rezarle a la luna tres veces y entonces se está haciendo con el aceite y con el espliego, después eso lo coges, lo fríes y entonces ese aceitino lo tienes frío y cuando la niña la estás vistiendo, pues la dices esa oracioncina.
Pero eso no la bendecía, eso yo no me ponía en el plato nada para bendecirla”.
Para algunos informantes, cuando sospechaban estar cogidos por la luna, no siempre hacían el rito completo. Simplemente se rezaban las oraciones para sí. Para otros esto no servía, pues el rito es algo imprescindible para salvarse del influjo de la luna.
Lo que sí que tienen en común ambos, es que, sin fe, la curación no servía, era algo indispensable y en lo que hacían hincapié:
“Ahora que le digo yo que los mismos, los versos (de San Antonio) que la luna como no se tenga fe no valen pa na, réceme usted la luna y no tiene fé, como si no se le rezaba”
También eran de frecuente uso diversos amuletos para contrarrestar la influencia en los niños. Se recoge referencias de dos amuletos:
- El primero es un amuleto, de oro o plata, en forma de media luna que llaman luneta y que “detenía mucha fuerza a la luna” cuando los niños eran cogidos por ella.
- El segundo es una mano con el puño cerrado y el dedo pulgar hacia arriba, que colgaba del cuello de los adultos y de los recién nacidos, llegando incluso a conservarlos a lo largo de toda su vida.
- También, si la familia podía permitírselo, se utilizaba una pulsera de coral mediante la cual se creía que potenciaba el efecto y que sería mucho mayor.
Como hemos podido ver, la luna ha formado parte de las diferentes manifestaciones de la vida de las personas a lo largo de toda la región, llegando incluso a usarse en el cancionero popular.
Fuentes:
- La luna nos trae, la luna nos lleva; cerca de la salud y la enfermedad de los pueblos extremeños (Badajoz). “Saber Popular” Revista Extremeña de Folklore nº 2 (1998); Págs. 9-13: https://issuu.com/f.e.f./docs/sp__n.__2__1988__color__300_pp
- La revista Alminar nº51: https://get.google.com/albumarchive/103133546993714786422/album/AF1QipNFJ0Sp_KXam743-1rGadMVcPJdOdvlu-JU-kc4
- La reunión con el alcalde de La Codosera, Joaquín Tejero Barroso, y con el concejal de cultura, Juan Ángel Martínez Vaz
- Sobre algunos aspectos del folklore de Almendral (Badajoz). “Saber Popular” Revista Extremeña de Folklore nº 12 (1998); Pág. 90: https://issuu.com/f.e.f./docs/saber_popular_n._12_1998_color_300_pp
- Cuño Tarriño, David (2014). La medicina popular en San Vicente de Alcántara [San Vicente de Alcántara]
- La imagen de la portada pertenece a Altınay Dinç, disponible en Unsplash