Category: 01.2 Tradiciones y expresiones orales

Santa Lucía

La celebración de Santa Lucía se remonta a la Edad Media, época en la que Olivenza pertenecía a Portugal, por lo que se trata de una fiesta tradicional que viene de muy lejos.

Se dice que, antiguamente, en el día de Santa Lucía se celebraba la fiesta de la Caridad y la noche anterior, 12 de diciembre, se encendía una hoguera y alrededor de ella la Hermandad de Santa Lucía bailaba. En su gran mayoría la gente que celebraba esta fiesta eran los labradores, que se iban a trabajar al campo muy temprano. Éstos, de paso iban a la misa y después se iban de procesión. Además, comían bollos de Santa Lucía, por los que daban una limosna a cambio. La mitad de las ventas que se conseguían eran destinadas para sufragar los gastos de la parroquia y la otra mitad para poder repartirlo entre los más desfavorecidos.

Actualmente y desde hace años, para homenajear a Santa Lucía, la noche del 12 de diciembre, se sigue haciendo todo prácticamente igual, con la diferencia de que quienes bailan alrededor de la hoguera son los integrantes de la Asociación de Coros y Danzas “La Encina” y su cuerpo de baile infantil “Los Chaparritos”, que bailan la danza de “Santa Lucía” o “Ave María” en honor a la Virgen.

Esta celebración tiene lugar en la Plaza de Santa María Magdalena y allí cientos de vecinos presencian esa noche tan especial. Para los más creyentes y devotos, este baile se realiza para ahuyentar a los malos espíritus que pueda haber, para dar la bienvenida al solsticio de invierno y como preludio de las fiestas navideñas.

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Santa Lucía (Olivenza, 2018). Fotografía del Ayuntamiento de Olivenza.

Además, el motivo de hacerlo alrededor de una hoguera se debe a que Santa Lucía de Siracusa, mártir cristiana, es patrona de los ciegos y de las modistas. Éstas, según cuentan las leyendas, se quemaban la vista por estar cosiendo incansablemente a la luz de las velas.

Una vez que la hoguera se apaga y cuando sólo quedan cenizas, la gente se reúne en el centro de la plaza y allí mismo se reparten los “bollos de Santa Lucía”, típicos de la época y del pueblo, los cuales se elaboran con harina, azúcar y agua. A cambio, los vecinos dan una limosna que, posteriormente, se dona a distintas instituciones benéficas de la localidad.

Sea por aportar un granito de arena, por disfrutar de parte de la gastronomía oliventina o porque, según cuentan, estos dulces son buenos para la vista ya que han sido bendecidos por el sacerdote previamente a su consumo, este manjar artesanal es todo un éxito en la noche de Santa Lucía.

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La Maya

Una de las tradiciones populares más arraigada en la cultura oliventina es sin duda “La Maya”.  Con la llegada del buen tiempo y la primavera, en esta localidad rayana se celebra el florecimiento de los campos tras un invierno frío y largo, por ello esta fiesta se lleva a cabo un domingo de la primera quincena del mes de mayo.

Antiguamente, para celebrar esta fiesta, se contaba con distintos grupos de jóvenes que la festejaban por varios puntos de la localidad. Sin embargo, desde hace muchos años, esta tradición popular de la cultura oliventina está amenizada por el grupo local de coros y danzas “La Encina”, quien le da vida.

Cabe añadir que este grupo cuenta con la ayuda del Ayuntamiento de Olivenza y la de los vecinos que residen en las calles en donde se festeja, que adornan sus fachadas con motivos florales.

La Maya siempre ha sido representada por una niña vestida totalmente de blanco, a quien adornan con multitud de flores y una corona elaborada con las mismas. Ésta se sienta en la Plaza de Santa María del Castillo y, alrededor de ella están los más pequeños de esta agrupación, conocidos como “Los Chaparritos”, quienes también van vestidos de blanco y llevan consigo un cesto donde guardan pétalos de flores. Se encargan de pedir limosnas por las calles y bailan la danza de “La Maya” alrededor de la niña.

Además de los niños, también bailan allí los jóvenes del grupo, quienes van vestidos de gala y, por supuesto, también los más mayores que forman parte de “La Rondalla”

Como se ha indicado anteriormente, la celebración tiene lugar en la Plaza de Santa María del Castillo, en donde se coloca una alfombra elaborada también con flores para que se siente la Maya. El recorrido, amenizado con música del folklore oliventino, sigue por la Plaza de la Constitución, la Plaza de España, el Parque de los Pintasilgos y la Avenida de Portugal, conocida ésta como Paseo Chico. Durante todo ese trayecto, también se pueden ver las diferentes “Mayas” expuestas.

En el conocido popularmente Paseo Chico, hay una cantina en donde todos los vecinos de la localidad pueden disfrutar de comer y beber por un precio popular. La recaudación irá destinada a la entidad organizadora.

Además de todo esto, después de la comida, allí mismo también tienen lugar talleres infantiles para que los oliventinos más pequeños disfruten en su totalidad de uno de los días más especiales de la localidad.

Como se puede observar, se trata de un encuentro cultural entre varias generaciones, donde se reúnen desde los más mayores que han crecido con esta tradición que, a pesar de haber sufrido algunos cambios, se sigue conservando; y los más pequeños, que gracias a su celebración conocen una tradición cultural tan antigua.

 

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Fiesta de La Maya (Olivenza, 2018). Fotografía del Ayuntamiento de Olivenza

 

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Muñecas de San Juan

Con influencia y raíces portuguesas, como muchas otras tradiciones en Olivenza, tiene lugar la celebración de San Juan la noche del 23 de junio. El rito de esta festividad en esta población rayana es la quema de muñecas (también conocidas como “peleles”) que han sido confeccionadas durante semanas y meses anteriores a la fecha en cuestión. La simbología de esta actividad es la purificación de la parte del año que se deja atrás y la gran acogida de una nueva etapa con la llegada del verano.

Las muñecas, hechas de cartón y/o plástico y con pelo natural de los propios vecinos del pueblo, son conseguidas gracias a la labor de numerosas personas implicadas, inscritas previamente, con el objetivo de no perder esta costumbre que tiene tantos años a su espalda. Puede participar cualquier vecino de la localidad e incluso de las pedanías, además de cualquier asociación o colectivo (barriadas, grupos de amigos, cofradías, hermandades, residencias de ancianos, centros de mayores, colegios, guarderías, museo, etc.).

El propósito es recrear personajes famosos del panorama nacional o personas del pueblo que hayan tenido alguna notoriedad durante el último año, para hacer una crítica social y recrear escenas o tradiciones populares del pueblo, siempre desde el respeto y sin burlarse de nadie.

Antiguamente, esta tradicional fiesta conocida en Portugal como “Bonecas de San Joao”, era una verbena popular, en donde se realizaban muñecas de trapo que se pinchaban en un palo y eran colocadas en la Plaza del Callao y la de Abastos, así como en el Paseo del Higo y el de las Viudas. Alrededor de las muñecas, se cantaba y realizaban danzas y bailes tradicionales, de origen oliventino y portugués.

Actualmente, los días previos a la noche de San Juan, los vecinos de la localidad exponen sus muñecas como si de un museo se tratase y en la noche festiva, en la plaza de Santa María del Castillo, son premiadas las tres mejores para, posteriormente, ser quemadas en una gran hoguera, mientras se cantan y bailan algunas danzas tradicionales, como de costumbre.

Para finalizar el ritual y seguir celebrando este santoral, la gente podrá disfrutar de la noche con comida, bebida y música.

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