Muñecas de San Juan

Con influencia y raíces portuguesas, como muchas otras tradiciones en Olivenza, tiene lugar la celebración de San Juan la noche del 23 de junio. El rito de esta festividad en esta población rayana es la quema de muñecas (también conocidas como “peleles”) que han sido confeccionadas durante semanas y meses anteriores a la fecha en cuestión. La simbología de esta actividad es la purificación de la parte del año que se deja atrás y la gran acogida de una nueva etapa con la llegada del verano.

Las muñecas, hechas de cartón y/o plástico y con pelo natural de los propios vecinos del pueblo, son conseguidas gracias a la labor de numerosas personas implicadas, inscritas previamente, con el objetivo de no perder esta costumbre que tiene tantos años a su espalda. Puede participar cualquier vecino de la localidad e incluso de las pedanías, además de cualquier asociación o colectivo (barriadas, grupos de amigos, cofradías, hermandades, residencias de ancianos, centros de mayores, colegios, guarderías, museo, etc.).

El propósito es recrear personajes famosos del panorama nacional o personas del pueblo que hayan tenido alguna notoriedad durante el último año, para hacer una crítica social y recrear escenas o tradiciones populares del pueblo, siempre desde el respeto y sin burlarse de nadie.

Antiguamente, esta tradicional fiesta conocida en Portugal como “Bonecas de San Joao”, era una verbena popular, en donde se realizaban muñecas de trapo que se pinchaban en un palo y eran colocadas en la Plaza del Callao y la de Abastos, así como en el Paseo del Higo y el de las Viudas. Alrededor de las muñecas, se cantaba y realizaban danzas y bailes tradicionales, de origen oliventino y portugués.

Actualmente, los días previos a la noche de San Juan, los vecinos de la localidad exponen sus muñecas como si de un museo se tratase y en la noche festiva, en la plaza de Santa María del Castillo, son premiadas las tres mejores para, posteriormente, ser quemadas en una gran hoguera, mientras se cantan y bailan algunas danzas tradicionales, como de costumbre.

Para finalizar el ritual y seguir celebrando este santoral, la gente podrá disfrutar de la noche con comida, bebida y música.

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