La Picota

Puesto que Badajoz es una ciudad de considerable tamaño, es de esperar que posea una colección bastante amplia de juegos, tanto tradicionales como modernos.

Desde la infancia, son los padres y abuelos los encargados de entretener y enseñar, desde tiempos inmemoriales, los juegos canciones infantiles más variopintos. Por ello es prácticamente imposible conocer cuándo y en que zona exacta de la ciudad surgieron o predominaron.

Se han recopilado una serie de juegos y canciones infantiles que fueron y/o son muy populares en la ciudad.

LA PICOTA

Este juego se debe realizar en espacios abiertos, como descampados y solares sin edificar, por ello suele ser más habitual en los barrios menos urbanizados. Aunque existe diversidad de versiones, la más habitual es la descrita a continuación.

Fuente: Biblioteca Virtual Extremeña http://bibliotecavirtualextremena.blogspot.com/

  • Organización: Mínimo dos jugadores. Se dibuja un redondel en el suelo de unos cuatro metros de diámetro.
  • Materiales:
  • Picota: palo pequeño acabado en punta en los extremos.
  • Palo de madera de 80 a 100 cm. de largo.
  • Desarrollo: primero debe echarse a suertes el turno. Tras este primer paso, al niño que haya tocado salir primero tomará el palo largo con el que intentará lanzar la picota, situada en el centro del círculo, lo más lejos posible.

El procedimiento para lanzar la picota es el siguiente:

  • Darle a la picota cuatro veces consecutivas por uno de sus picos a la vez que canta:

A la una, la Luna,

A las dos, el Sol,

A las tres, la estrella

Y a las cuatro, ¡a por ella!

A la cuarta debe lanzarse verticalmente la picota y a la vez que se canta ¡a por ella! golpearla fuertemente para lanzarla lejos.

Otro de los jugadores (el que se la pica) estará a lo lejos esperando la picota y deberá desplazarse cuando esta sea lanzada para intentar cogerla en el aire. Si esto ocurre se cambiarían los roles, pasándose a picársela el otro. Si no lo consigue deberá recogerla del suelo y lanzarla hacia el interior del círculo. Si entra también se cambian los roles. El que esté dentro del círculo deberá evitar que la picota caiga dentro, dándole con el palo.

Si se da el caso de que la picota caiga sobre la línea de circunferencia (piqui), el lanzador deberá cerras los ojos y dar una vuelta sobre sí mismo y, en cuclillas, dar un palo a la picota por debajo de las piernas. Si se repitiese el piqui el jugador quedaría eliminado.

En la actualidad es difícil ver a niños jugando a este juego.

Fuente:

  • Raíces. El folklore extremeño. Tomo I. Badajoz: Hoy. Diario de Extremadura, 1995.