Leyenda de la Torre de las Siete Ventanas

Esta leyenda nos traslada a la época en que los habitantes de Badajoz se encontraban muy inquietos ante la posible existencia de un fabuloso tesoro de inmensas cantidades de monedas de oro almacenado en la Torre y la dificultad que presentaba el fantasma que lo custodiaba para entrar en posesión del mismo. Otros, sin embargo, relatan que el tesoro no estaba en el interior de la torre, sino enterrado a varios metros de profundidad, y protegido por una maldición que arruinaría a cualquiera que lograra encontrarlo.

En todo caso, en lo que coinciden todos los relatos es en el hecho de que por aquel entonces, la ciudad de Badajoz era un próspero reino taifa en el que convivían árabes y cristianos, dónde proliferaban las leyendas de doncellas enamoradas con amores imposibles y prohibidos.

Cuenta la leyenda que una joven llamada Zoraida, hija de un rico mercader (en otras versiones, princesa de Badajoz), Ibrahim, enamorada de Omar, un capitán de la guardia, destinado en el cerro del Baxarnal (San Cristóbal en la actualidad) y a cuya relación se oponía su padre.

Sabiendo Ibrahim que su bella hija se asomaba a las siete ventanas de la torre para acechar a su amado, ordena tapiar todas sus ventanas con la intención de que los enamorados no pudieran verse.

El joven y valiente Omar, consigue, acompañado por un nutrido grupo de camaradas y en un golpe de audacia, rescatar a la joven y huir con ella.

Los que los perseguían fueron testigos de cómo los enamorados se perdieron entre la noche oscura, río abajo en una frágil barquichuela, confiando a la misericordia de Alá, el rumbo de sus vidas.

En otra versión, encontramos un final diferente. Los enamorados se encaminan hacia el Guadiana perdiéndose sus huellas justo a la orilla del río, dando lugar aquella circunstancia a que sus perseguidores pensaran que habían huido por el misterioso túnel bajo las aguas del río.

Vídeo: https://www.youtube.com/watch?v=qTEcop0XnFA&t=91s

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