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Romance; La fe del ciego

Es una versión original, recogido por Bonifacio Gil en San Vicente de Alcántara. Está recogido dentro de la Sección 2 y pertenece a Episodios de la vida de Jesucristo (canciones narrativas y romances).

Camina la Virgen pura, camina para Belén;

En el medio del camino s’encontró con un vergel,

Y el guardián que lo guardaba era un ciego que no ve,

– Déme, señor, una pera pa mi Niño entretené,

– Entre usté, Señora mía, y coja las que ha de cogé,

Una se l’ ha dado al Niño, y otra se la dio a José,

Y otra se quedó con ella, que se la quiere comé,

No había andao cuarenta pasos, cuando el ciego empezó a vé,

– ¿Quién ha sido esta Señora, quién ha sido esta Mujé?

Romance la fe del ciego, de San Vicente de Alcántara (Imagen sacada del libro Cancionero Popular de Extremadura, Tomo II, de Bonifacio Gil García)

Fuentes:

  • Gil García, Bonifacio (1998). Cancionero Popular de Extremadura Tomo II.
  • Gil García, Bonifacio (1944). Romances Populares de Extremadura; Recogidos en la Tradición Oral

Romance; las dos hermanas («la cautiva»)

Es una versión del romance original, recogido por Bonifacio Gil, perteneciente a Herrera del Duque. Está recogido dentro de la Sección 1. Romances y canciones narrativas de asunto bíblico. Es un romance que solía cantarse mientras se realizaban las labores caseras.

Una tarde de torneo

Yendo pa’ la morería

M’encontré una mora guapa

Lavando en la fuente fría

Romance las dos hermanas, de San Vicente de Alcántara (Imagen sacada del libro Cancionero Popular de Extremadura, Tomo II, de Bonifacio Gil García)

Fuentes:

  • Gil García, Bonifacio (1998). Cancionero Popular de Extremadura Tomo II.

El arriero y los ladrones

Camino para Mancha caminaba un arriero;

Buen zapato, buena media y buen bolso de dinero,

Jarriaba siete machos, ocho con el delantero;

Nueve se pueden llamar con el de la silla el freno,

Al revolver de una esquina, siete ladrones salieron.

Le preguntan los ladrones: – ¿Dónde va, mozo arriero?

-Camino para la Mancha, con un encargo que llevo.

-Pa la Mancha vamos todos, todos juntitos iremo.

De lo siete que aquí vamos, ninguno lleva dinero.

-Por dinero no lo hagáis, que yo dinero lo llevo;

Que llevo aquí más doblones que estrellitas tiene el cielo.

Los ladrones se miraron y todos se sonrieron,

Y a la venta de Aragón a beber vino se fueron.

El primer vaso de vino fué para el mozo arriero,

Y él no lo quiso beber, porque tenía veneno.

De los siete que allí iban, siete sables descubrieron,

Y el mozo descubrió el suyo, que cortaba hasta el acero.

De los siete mató a cinco, y dos se fueron huyendo.

La cantinera gritaba por si le acude el pueblo.

Ya le acudió la justicia; prendieron al arriero.

L’ escribió una carta al rey contándole su proyecto.

Cada renglón que leía, el rey se iba sonriendo:

-Si, como has matado a cinco, hubieras matado a ciento …

Siete reales tiene el mozo mientras viva en este reino,

Y cinco la cantinera, por el vino que bebieron.

 

Fuente:

  • Gil García, Bonifacio. Romances Populares de Extremadura: recogidos de la tradición oral (1944). Págs. 60-61.
  • Fotografía de la portada: https://www.freepik.es

El caballero don Marcos

Dentro del gran abanico de romances novelescos que existen y que Bonifacio Gil recogió para dejar plasmados en su libro “Romances Populares de Extremadura: recogidos de la tradición oral”, se ha encontrado el de “El caballero Don Marcos” perteneciente a Almendral:

Yo conocí a una mocita. / Su madre la maldició:

Que siete hijos tuviera, / y todos siete varón.

-No me maldiga usté, madre; / no me maldiga, ¡por Dio!

Déme usté caballo y sable, / que a la guerra me voy yo.

 

– Tienes el pelo muy largo / para hacer de hembra varón.

– Yo me l’ ocultaré, madre, / dentro de mi morrión.

– Tienes el pecho muy ancho / para hacer de hembra varón.

– Yo me l’ ocultaré, madre, / dentro de mi corazón.

 

Ha cogido su caballo, /ya la guerra se marchó.

Una tarde, en el paseo, / el gorro se le cayó.

Un infante que allí estaba, / d’ ella fue y s’enamoró,

Y la novia que tenía, / llorando se retiró.

 

(Estribillo)

– Madrecita de mi alma, / que yo me muero de amó;

El caballero don Carlos / es hembra, que no es varón.

 

– Convídalo, hija mía (sic), / a comer un día a la mesa,

Que si él fuese mujer, / en lo más bajo se sienta.

Convidó a tres caballeros / un día a comé a la mesa,

Y el caballero don Carlos / en lo más alto se sienta.

 

(Estribillo)

– Madrecita de mi alma, / que yo me muero de amó;

El caballero don Carlos / es hembra, que no es varón.

 

– Convídalo, hija mía, / un día a comer manzana,

Que si él fuese mujer, / toditas las despreciara.

Convidó a tres caballeros / un día a comer manzana,

Y el caballero don Carlos / los bolsillos se llenaba.

 

(Estribillo)

– Madrecita de mi alma, / que yo me muero de amó;

El caballero don Carlos / es hembra, que no es varón.

 

– Convídalo, hija mía, / a tomar baños un día,

Que si él fuese mujer, / desnudarse no podría.

Convidió a tres caballeros / a tomar baños un día,

Y el caballero don Carlos / desnudarse no quería.

 

Lo ha cogido de la mano / y a palacio lo llevó;

Lo ha llevado y lo ha peinado / y de seda lo vistió.

– Yo no me llamo don Carlos, / ni tampoco soy varón;

Que me llamo Isabelita, / Isabel me llamo yo,

Y soy la mejor señora/ que pasea por Badajó.

 

Fuentes:

  • Gil Muñoz, Carlos. Cancionero Popular de Quintos y Soldados (2002)
  • Gil García, Bonifacio (1944). Romances Populares de Extremadura: recogidos de la tradición oral; Págs. 54-55.
  • Fotografía de la portada: https://www.freepik.es