Bandos de Badajoz: Portugaleses y Bejaranos

Este romance está basado en las luchas que tuvieron lugar en Badajoz a finales del siglo XIII, durante el reinado de Sancho IV, entre dos bandos: los bejaranos (procedentes de Béjar, primeros pobladores de Badajoz tras la reconquista) y los portugaleses (población que fue asentándose en Badajoz, de procedencia portuguesa). Esta capítulo de la historia de la ciudad queda recogido también como leyenda en su correspondiente apartado.

Allá dentro en Badajoz

dos bandos hay muy contrarios,

uno los portugaleses

contra de los bejaranos.

Acusan los portugaleses

a el su contrario bando,

sobre el gozar de las tierras,

queriendo ser ventajado.

El rey Don Sancho está en Burgos,

las querellas le han llegado;

el rey por los portugaleses

se mostraba aficionado.

Quitar los heredamientos

mandó a los bejaranos,

y que d´ellos todos gocen

los que eran acusados.

Los bejaranos se quejan,

viéndose desheredados;

importunaron al rey

que revoque lo mandado,

porque andan muy perdidos

de sus haberes privados.

El rey, viendo su razón

y que eran agraviados,

mandó luego dar sus cartas,

en que en ellas ha mandado

que luego los portugaleses

vuelvan a los bejaranos

todos sus heredamientos

sin haber cosa faltado.

A Badajoz se trujeron

y les fue notificado;

no lo quisieron cumplir

ni volverles lo tomado.

Al rey tornara a quejarse

todo el bando bejarano.

El rey le dio por respuesta

que, pues no cumplían su mando,

y habían tan gran poder

como tenían sus contrarios,

hagan por fuerza cumplirlos,

si no quisieren de grado.

Con esto que dijo el rey

gran orgullo habían cobrado;

llegaron a Badajoz,

apercibieron su bando.

Todos con armas secretas

con presteza se han armado;

dijeron que cumplan luego

las cartas que el rey ha dado.

No quieren los portugaleses,

mas aquesos bejaranos

echan la mano a sus armas,

en ellos hacen estrago,

alzáronse con la villa,

viendo el mal que habían obrado;

cobraron miedo del rey,

que se lo habría demandado;

témense mucho de muertos

no podrán ser escapados.

En la villa, que es muy fuerte,

puesto han muy gran recado

de gentes y basamentos,

y contra el rey se han alzado.

nombran rey a don Alfonso,

que es hijo de don Fernando.

El rey con crecido enojo

su mensaje había enviado

a el maestre de Calatrava,

Don Rodrigo era llamado,

y al gran maestre del Temple,

y a otros hijos muchos hijosdalgo,

y a Córdoba y a Sevilla,

a todos les ha rogado

que cerquen en Badajoz

todo el bando bejarano.

Como ellos lo supieron,

al castillo se han pasado;

alzáronse con la Muela,

que era muy fortificado.

Los del rey allí los cercan,

mas luego se han concertado

que den el castillo al rey,

y ellos les han asegurado

que el rey los perdonaría,

sin castigar lo pasado.

Debajo desde seguro

luego se habían entregado;

ansí también el castillo

los del rey con crecido enojo

mandó matar todo el bando:

entre hombre y mujeres

cuatro mil han degollado.

Todos los mató en un día,

que ninguno no han dejado

que hobiese por apellido

sobrenombre bejarano.

La justicia fue cruel,

según que vos he contado;

pero los que son traidores

merecen haber tal pago.

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