El entierro de la sardina
Al igual que en otras localidades, el carnaval de Badajoz finaliza con la tradicional costumbre del “entierro de la sardina”. Esta tradición festiva se ha desarrollado siempre en la barriada de San Roque, donde los vecinos y grupos de personas disfrazadas acompañan a la sardina en su último recorrido.
La costumbre de “enterrar a la sardina” es un paso precedente a la llegada de la Cuaresma, que se inicia al día siguiente. Este festejo vino a sustituir, a principios del siglo XIX los “entierros de carnaval”, basados en la personificación de monigotes tremebundos.
La apertura de esta tradición en Badajoz comienza desde muy temprano en el local de la Asociación de Vecinos del barrio, donde se abre el “velatorio de la sardina”, y los acompañantes son invitados a dulces caseros y aguardiente. Kilos de comida y litros de bebida se reparten entre los que van a dar su “pésame”.
A media mañana comienza el “entierro”, donde los más “allegados” visten de luto y seguidamente se da comienzo a un paseo a hombros de la figura de la sardina plateada metida en un gran ataúd de madrea por las calles.
El acompañamiento está formado por sus “viudas”, gente enlutada, llorosa, comparsas, grupos disfrazados, máscaras y risas a ritmo de tambores.
Finalmente la fiesta concluye con la degustación de una gigantesca sardina para todos los presentes, y con ella el broche final de una tradición ligada a la despedida del carnaval de Badajoz.
Actualmente esta tradición se sigue llevando a cabo el último día del carnaval (martes) en el mes de febrero.
Fuentes:
- Tejada Vizuete, Francisco (coord.) (1995) RAÍCES. EXTREMADURA FESTIVA. Coleccionable del Diario Hoy Badajoz: Coleccionable del Diario HOY.
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