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El caballero que busca esposa

Bonifacio Gil recoge varios romances en su libro Romances populares recogidos de la tradición oral. A la hora de recogerlos, Bonifacio los agrupaba en diferentes categorías y este, en concreto, recogido en Alburquerque y Badajoz, es un romance novelesco que habla sobre «el caballero que busca esposa»:

Hilito, hilito de oro, por las hijas de un marqué,

Que me ha dicho una señora: buenas hijas tiene usté.

— Si las tengo o no las tengo, esa cuenta no es de usté;

Con medio pan que yo coma, comerán ellas también.

-Bien abogado me voy a los palacios del rey,

A contarle a mi señora los agravios que me hacéi.

— Vuelva, vuelva, caballero; no sea tan descorté,

Que de tres hijas que tengo, la mejor es para usté.

— Esta cojo por esposa, ésta cojo por mujé,

Que me ha parecido una rosa, y de la rosa un clavel.

— Lo primero que l’ encargo, que me la cuide usté bien.

— Bien cuidadita estará, bien asistida también;

Sentada en sillón de plata, bordando puños al rey,

Y azotitos con correa, cuando sea menesté

Fuentes:

Supersticiones en Alburquerque

Desde la antigüedad, siempre se ha atribuido una explicación mágica a situaciones cotidianas sin evidencia científica. Así, a lo largo de esta entrada, veremos diversas supersticiones recogidas de Alburquerque por Eugenio López Cano:

Supersticiones de animales

  • Canto: El canto de la lechuza, el aullido del perro y cuando las gallinas cantan como gallos, son presagios de muerte:

«Madre, un perro aúlla trah la puerta,

Anteh de que venga’l’alba,

Yo ya’ehtoy muerta»

  • Extravío: Se rezan los versos de San Antonio durante la noche:

«El peligro se retira,

Y loh pobre van remediando…»

Solo vale hasta la salida del sol. Se creía que así se les enchavellaba (enchavetaba, viene de enchavetar. Es como si a los lobos se les cosiera la boca) la boca a los lobos impidiendo que se comieran el ganado.

  • Heces: Para que a un perro le cueste más hacer sus deposiciones, se cruzan los dedos meñiques al tiempo que se reza:

«San Pedro que no cagu’el perro

San Juan que n ocague má»

Supersticiones de enamorados

  • Amor: 1. Si se regala una navaja, se corta el amor. 2. Si lo que se regala es una cruz, habrá desavenencias en el matrimonio
  • Casamiento: La persona a la que le barran los pies con una escoba, no se casa
  • Hipo: Si tenemos hipo, queremos que se nos quite y nuestra pareja está lejos, se dice:

«Hipo tengo, a mi amor se lo recomiendo,

Si me quiere bien, que se quede con él

Y si me quiere mal, que me lo eche p’atrá»

  • Suerte: 1. Es de mala suerte casarse con un cojo. 2. También da mala suerte entrar con el pie izquierdo en la iglesia o ver un entierro a la salida de la misma

Supersticiones relacionadas con la lluvia

  • Presagio de lluvia: 1. Soñar con toros. 2. Llevar una prenda del revés. 3. Pregón de cacharreros y paragüeros, son presagios de que va a llover. 4. Se dice lo mismo de la grulla:

«Vuelo de la grulla, agua segura»

Si la grulla pía mucho, es que lloverá en abundancia y si vuela en dirección al castillo de Alburquerque (oeste) es que llueve seguro. Si regresa, es que escampa.

Supersticiones relacionadas con personas

  • Oreja: Si la oreja derecha está colorada, es que hablan bien de ti. Si es la oreja izquierda la que lo está, es que alguien te está criticando. Es costumbre, entonces, morderse la lengua y decir:

«De la muralla maj’alta se caiga quien mal me quiera

Si eh mujé, que reviente,

Si ej’ hombre, de rabia muera»

  • Año: Si el año es bisiesto se decía que moría una embarazada
  • Nariz: Si te pica significa que una vieja te viene siguiendo o que quiere darte un beso
  • Dedo: Cuando alguien se pincha con la aguja de coser en un dedo significa, según el dedo que se pinche:
    • Pulgar: Indica viaje
    • Índice: Una declaración amorosa
    • Corazón: Una carta
    • Anular: Tristeza
    • Meñique: Alegría
  • Pestaña: Cuando una persona ve en otra que tiene una pestaña caída, ésta la coge y la coloca sobre su dedo corazón. La persona a la que pertenezca la pestaña, pondrá su dedo corazón pegado al de la persona que haya encontrado la pestaña y ambas pedirán un deseo. Cuando se separen los dedos, a la persona a la que la pestaña se le quede pegada es a quien se le cumplirá el deseo.

Una variante de esto es recoger la pestaña de otra persona e introducírsela en el pecho, mientras se dice: «Mañana resibiré carta».

  • Beber: Si una persona bebe boca abajo, se va a constipar
  • Orzuelo: Si a una persona le salía un orzuelo se pensaba que una embarazada le había pedido un antojo
  • Solitaria: Para que alguien quedara libre de la solitaria (parásito), se le colgaba boca abajo con un plato de aceite a la altura de los ojos. Con la creencia de que el animal saldría para comer.

Supersticiones relacionadas con plantas

  • Dolor de muelas: Una cruz hecha de mesto y atada al cuello para el dolor de muelas
  • Hechizados: Se les coloca una hoja de parra en la cabeza. Se coloca una hoja también, pero de laurel, para los desequilibrados
  • Hernia: Hacer una cruz en el tronco del mesto (híbrido entre encina y alcornoque) para curarla
  • Suerte: Da mala suerte tener en casa: pensamientos, tréboles, pasionarias, hortensias, corre corre, etc…
  • Viaje: Colocar una hoja de laurel en un plato de comida augura un próximo viaje

Supersticiones relacionadas con las tormentas

  • Aplacar tormentas: 1. El Sábado Santo, en la vigilia Pascual, se bendecía el cirio, si se llevaba uno, y este servía después para utilizarlo en los días de mucha tormenta o para los enfermos muy graves. 2. También se encendía una vela con papel rojo mientras se rezaba:

«Santa Bárbara bendita,

En el cielo hay una ermita con papel colorao

Que se vaya la tormenta pa’l’otro lao»

  1. Se cogía la angélica en la víspera de la Asunción y se guardaba en bolsitas con forma de corazón junto con espliego y romero. El día de la Ascensión se bendecían los campos y se pasaban por las Santas Reliquias (una presión que ya existía en el siglo XIII) para arrojar un poco del contenido de la bolsa en el brasero o en la lumbre para ahuyentar las tormentas.

Supersticiones de verrugas

  • Hoja de encina: 1. Se cuentan todas las protuberancias que tenga la hoja coincidiendo con el número de verrugas que tengamos y nos la guardaremos en el bolsillo. Al secarse la hoja, las verrugas desaparecerán. 2. Se hace lo mismo, pero se hacen tantas cruces en la rama de un olivo como verrugas se tengan y luego, posteriormente, se enterrará la rama en un lugar apartado.
  • Sal: Si echas tres puñados de sal en la puerta de otra casa, la persona que viva allí acabará contagiándose de verrugas.

Supersticiones relacionadas con ropa

  • Del revés: Ponerse una prenda al revés, no darse cuenta de ello y teniendo que avisarte otra persona, significa que pronto se recibirá un regalo esperado 

Varias supersticiones

  • Herniados: Las mujeres de Alburquerque llevaban a sus hijos herniados a San Vicente de Alcántara, donde se les introducía por entre una vara de mimbre abierta mientras se decía:

«Quebrado lo entrego, sano me lo darás»

  • Luego se ataba con una cinta la parte separada de la mimbre y, si se volvía a unir, era señal de que el niño se había curado
  • Suerte: Da mala suerte: 1. Ver tres curas juntos. 2. Cortar la cola a un caballo. 3. Acostarse al revés. 4. Barrer de noche. 5. Darle la vuelta a una silla o a un paraguas abierto. 6. Ver un tuerto. 7. El sonar de las latas… Ante todo, esto cualquier cosa podría pasar, podría morir el hijo más pequeño o, incluso, el primogénito.
  • Tercianas: Son fiebres que se repiten cada tres días. Cuando no se sabía cómo remediarlas, el enfermo se dirigía a una fuente cualquiera y arrojaba, por encima del hombro, un puñado de sal mientras decía:

«Tersiana tengo, tersiana son

Aquí te lah quedo San’Ehpolón»

  • Esto se decía debido a la creencia de que las fiebres se le contagiaban al primero que parara en dicha fuente. Se curaban con el ajogamiento o la piedra de San Bartolomé (en agosto)

Fuentes:

Fandango de Alburquerque

La palabra fandango podría derivarse del vocablo portugués fado. Tal vez, por ello, en Extremadura los fandangos se localizan, con preferencia, en pueblos limítrofes con Portugal.

El Fandango de Alburquerque ha sufrido modificaciones desde sus inicios. Tanto Enrique Molina como Emilio González, recogen la versión registrada por Bonifacio Gil en su parte musical y por la sección femenina en su aspecto coreográfico. 

Este antiguo fandango se bailaba en la pradera de la ermita de Carrión, por ello, también es conocido como Fandango de la Virgen de Carrión:

FANDANGO DE ALBURQUERQUE (1)

Niña de Alburquerque

morenita mía.

baila el fandanguillo

en la-romería.

Si vas a Alburquerque

por Semana Santa

comerás los ricos bollos

de la zarza.

¡Ay! vamos a Alburquerque

y olé!

¡Ay!, vamos para allá

y ¡olé ya!

Vamos a Alburquerque

con mucha ilusión

a ver a la Virgen

que es la de Carri6n.

Baila conmigo, leré

amor mío,

en la pradera, leré

junto al río,

pisando flores, leré

y el rocio.

 

Captura de la letra del Fandango de Alburquerque (1) sacada del libro Canciones populares extremeñas de Enrique Molina Senra

 

Captura de la partitura del Fandango de Alburquerque (1) sacada del libro Canciones populares extremeñas de Enrique Molina Senra

La letra de este fandango está actualizada, esta es la nueva versión:

FANDANGO DE ALBURQUERQUE (2)

 Vamos a Alburquerque 

con mucha ilusión 

a ver a la Virgen 

que es la de Carrión. 

 

Vamos a Alburquerque 

morenita mía 

vamos a Alburquerque 

y a la romería. 

 

Si vas a Alburquerque 

por Semana Santa 

comerá los ricos bollos 

de las pascuas. 

 

Baila conmigo, leré 

amor mío, 

en la pradera, leré 

junto al río, 

pisando flores, leré 

y el rocío.

Partitura del Fandango de Alburquerque (2) sacada del grupo Renacer

 

 

 

Fuentes:

 

Medicina tradicional en Alburquerque

La naturaleza nos ha provisto, siempre, de un sinfín de posibilidades para curar enfermedades mediante el uso de remedios caseros a partir de hierbas, ramas de arbustos e, incluso, las hojas de los árboles. 

En esta publicación vamos a recoger algunos remedios caseros, recogidos por Eugenio López Cano, que se utilizaban con frecuencia, con antigüedad, para combatir diversos males:

Con el aceite

  • Falta de calcio: Se toma una cucharada de cal con aceite de oliva
  • Lombrices: Se aplica en el ano, con una luz y una horquilla del pelo

Procedente de animales

  • Amígdalas: Para tratar la amigdalitis se hace un ungüento de enjundia o grasa de gallina y se unta en un papel de estraza para colocar en la garganta
  • Castración: Se hace un frite de gusanos blancos, conocidos como gallina ciega (en el estiércol húmedo), para cicatrizar la herida de los cerdos castrados
  • Dolor de cabeza: Se coloca la camisa (piel) de una serpiente en el interior del sombrero para quitar los dolores de cabeza 
  • Golondrinos: Se hace una cataplasma de excremento de hurón para tratarlos
  • Hematomas e Inflamaciones infecciosas: Se aplican sanguijuelas en las partes doloridas
  • Heridas infectadas: Se hace una cruz con dos hojas de zarza y se coloca en la huella del animal como remedio para las heridas infectadas de las vacas
  • Hipertensión: Se coloca una sanguijuela detrás de la oreja para remediarla
  • Mejorar el apetito: Se hace un caldo de mochuelo cocido
  • Otitis, resfriada y bronquitis: Se aplicaría leche de burra en el oído para tratar la otitis y bebida en caliente para el resfriado y la bronquitis
  • Picadura de alacrán: 1. Se hace un brebaje mezclando el alacrán en alcohol para tratar las picaduras de éstos. 2. Se introduce un punzón de una lezna (herramienta), impregnada en ajo, en la herida de un animal para tratar su picadura
  • Quemaduras: Se hace una cataplasma de excrementos cocidos de paloma para tratarlas
  • Raquitismo: Se hace un brebaje de crías de perro para tratarlo
  • Rija: Un alacrán introducido en el campanillo que cuelga, taponado a su vez con un corcho, para curar la rija (una fístula que se hace debajo del lagrimal) en el ganado vacuno
  • Sarampión: Se hace un brebaje de boñiga de animal vacuno, seca y cocida, para tratarlo
  • Tragarse un alacrán: Se hace un collar de rama de torvisco para el animal que se tragaba un alacrán

Del barro y otros elementos

  • Bronquitis: Una infusión de chocolate caliente, manteca de cerdo y mucha azúcar
  • Cuerpos extraños en el ojo: Colocar un botón de nácar en el ojo para expulsarlos
  • Dolor de muelas: Un chorro de agua en el oído opuesto al dolor para tratarlo
  • Estreñimiento: Aplicar el fósforo de una cerilla en el ano
  • Falta de apetito: Se hace un batido de huevo, canela y vino de quina
  • Hipo: Tapar los oídos y la nariz, mientras se contiene el aire, para quitarlo. También puede hacerse mientras se contiene un trago de agua.
  • Picadura de avispa: Cataplasma de saliva y tierra en las picaduras para evitar la hinchazón y calmar el dolor
  • Quemaduras: Se aplica barro directamente en las quemaduras para tratarlas y evitar ampollas
  • Reuma: Utilizar una pulsera de cobre
  • Sanguijuelas: Gárgaras de vinagre para eliminar las sanguijuelas alojadas en la garganta

Ceniza

  • Dientes: Se aplica en los dientes como dentífrico
  • Resfriados: Se lavan los pies con agua caliente y ceniza para curar los resfriados y la broquintis

Con frutas

  • Ciruelas y brevas: Se utilizan del tiempo para el estreñimiento
  • Higos pasados: 1. Se hace una infusión con vino caliente para la bronquitis y los resfriados. 2. Se utiliza sobre una muela dolorida para los flemones. 3. Se utiliza leche de un higo bravo para las verrugas. 3. Estreñimiento

Procedente de personas

  • Leche materna: Se aplica en el conducto auditivo para el dolor de oído
  • Orina: Se utiliza sobre la piel estallada

Plantas

  • Adelfa (también llamada Alandro): Se da un buen buche (llenarse los carrillos) de agua cocida con la planta para tratar el dolor de muelas
  • Ajo: Se frota aceite y ajo para los sabañones
  • Angelica: En infusión. 1. Se usa para la hepatitis. 2. Se usa como purgante. 3. Sirve también para expulsar el aire del vientre
  • Ceteraque (también llamada Doradilla): Se hace una infusión de sus hojas y se utiliza para parar hemorragias y para los dolores menstruales
  • Chumbera: Se hace zumo de su hoja, agregándole azúcar, para el dolor de garganta
  • Culantrillo (también llamada Colantrillo): Se hace una infusión de sus hojas para los dolores menstruales y las hemorragias

«Dama descolorida, te he de quitar el dolor

aunque el doble me cueste la doradilla»

  • Embue: Es un tubérculo de regato que se machaca con ajo, sal, vinagre y aceite y se utiliza para las picaduras de alacrán
  • Encina: El musgo de la corteza, disuelto en agua, se utiliza para el sudor de los pies
  • Espadaña (también llamada Bayon): Se hace un ungüento de ceniza y grasa de cerdo para el culebrón (herpes zóster)

Hierbas medicinales (Imagen sacada del libro Naturaleza y Salud en Extremadura de Yolanda Guío Cerezo)

  • Eucalipto: Se hacen vapores de sus hojas para tratar los resfriados, la bronquitis y las fiebres altas. Su semilla, al igual que la de la Calicresta (que es una variedad del Amaranto) se usa para expulsar los objetos extraños del ojo
  • Gordolobo (también llamada Verdelobo): Se hace una pócima, para el hígado, que sirve para eliminar las piedras del riñón. 2. Sirve para evacuar la orina. 3. También se utilizaba como calmante en general
  • Hinojo (también llamado Linojo): Se hace una infusión de sus hojas y se utiliza como calmante, también se le da un uso estomacal
  • Llantén (también llamada Lanten): Se hace una infusión de sus hojas y sirve para el hígado y para facilitar la orina
  • Malva: Se hace una infusión de sus flores que sirve para tratar las hemorroides
  • Manzanilla: Se hace una infusión de flores que sirve para calmar los vómitos y avivar la circulación de la sangre
  • Mimosa púdica (también llamada Sensitiva o Doncella): Se hace una infusión de la raíz para la úlcera de estómago
  • Olivo: Se utiliza un brebaje como calmante para regular la tensión arterial
  • Olla de mono (también llamada Olla): Se hace una infusión de su raíz y se usa para cicatrizar las heridas
  • Pimpinela (también llamada Pepinela): Se hace una infusión de flores para tratar la urticaria
  • Poleo: 1. Se puede utilizar en infusión o en vapores para la circulación sanguínea y los catarros. 2. Se usa únicamente en infusión para las molestias estomacales
  • Quino: Se hace una infusión, llamada quinino, que sirve para bajar la fiebre
  • Retama: Se utiliza un emplaste, masticado, para el dolor de muelas
  • Salvia: Se hace una infusión de sus hojas y de sus tallos jóvenes para curar resfriados, la broquintis y las molestias estomacales 
  • Sanalotodo: De ella se coge una hoja y se aplica en heridas, hemorragias, granos y diviesos
  • Sanguinaria: Se realiza una infusión de sus flores, es astringente y se usa para la urticaria

Vegetales

  • Pepino: 1. Se maceraba en aguardiente para el dolor de estómago. 2. Se utilizaba una rodaja, aplicada en la frente, para el dolor de cabeza

Fuentes:

El alunamiento

El sol ha sido, por excelencia, el astro que da vida y, por contraparte, se le ha atribuido a la luna un poder oculto, debido quizás a las diferentes transformaciones que sufre en distintas épocas del año.

Desde la antigüedad, la luna ha jugado un papel importante en la tradición popular, el dicho la luna nos trae, la luna nos llevadeja implícito este pensamiento. Se creía que, en la noche de San Juan, la luna mataba a un moro o a una mora y que, posteriormente, durante la celebración de las fiestas de este santo, tendrían que morir un mozo o una moza, o ambos a la vez.

Podemos encontrar el culto a la luna en cualquier parte, creando en torno a ella una serie de ritos por los cuales los malos designios se transforman en buenos:

“Tres somos de la raya, dos de Alburquerque y la capitanita, de Valdefuentes” (1)

(1) Referido a las brujas que concurrían a los aquelarres de la provincia de Badajoz (D. Bonifacio Gil – Cancionero Popular de Extremadura).

Muchas son las supersticiones que forman parte de la luna. El hecho de dormir con la cara descubierta a la luz de la luna es un presagio de varias enfermedades como la locura, reumatismo o la jaqueca, entre otras.

Se creía que, cuando uno se iba a dormir y la única parte de la casa que estaba abierta era la chimenea, la luna podía entrar por ella. Por ello, en la ceniza que había en el suelo había que hacer una cruz o dejar cruzadas las tenazas y el badil para proteger la casa de su influjo. 

Otra lectura que se hace de la luna es que, dependiendo de su oscuridad, se entiende como señal de lluvia, o cuando ésta lleva cerco, significa que va a escampar.

“Luna nueva y con troná, trenta diah d’inverná”

Algunas supersticiones que hemos encontrado dicen que: 

  • Las embarazadas, a partir del séptimo mes y en luna llena, son propensas a que se les adelante el parto. 
  • La carne que haya sido expuesta a la luz de la luna, termina pudriéndose y llenándose de gusanos. 
  • El carácter de las personas está ligado estrechamente a la luna.

Pero, de todas las supersticiones, la más popular y extendida es la de que uno debía librarse bien de no mirarla, sobre todo en plenilunio y, especialmente, quienes tenían que esquivarla eran los niños. 

A lo largo de esta entrada, analizaremos el fenómeno del alunamiento a través de diversas fuentes, haciendo especial hincapié en el artículo escrito por Eugenio López Cano, fo y Julián Cano Izquierdo, en la revista Saber Popular, en el cual se recogen vivencias y opiniones de diferentes personas de Alburquerque para explicar esta superstición convertida en tradición.

El arrebato de la luna

En Alburquerque cualquier persona puede ser cogida por la luna e, incluso, existe un ritual imprescindible para la curación total de esta enfermedad lunar.

Los síntomas de esta enfermedad son muy variados, aunque se pueden enmarcar en malestar general: desde sentirse mareado hasta estremecerse o estirarse en la cama por tener algo de fiebre.

Hay que distinguir entre estar cogido por la luna y estar muy cogido por la luna, a este último estado se le llama quebranto. La diferencia principal entre ambos estados son los síntomas, si son fiebres altas y demás, sería quebranto.

Los niños son más receptivos al influjo lunar que los adultos, sobre todo cuánto más pequeños sean. Uno de los principales síntomas que suelen afectarles es el estremecimiento. Cuando están malos de la barriga, ya sea por un empacho, cólico u otro motivo, es un estado que se conoce con el nombre de luna entripá. El rezo para curar esta dolencia lo veremos más adelante. 

Los movimientos del astro

Las fases de la luna son muy importantes, ya que se cree que la luna coge a las personas cuando hace el movimiento. Por ejemplo, cuando la luna pasa de nueva a creciente, que es un cuarto, es “cuando una persona siente el quebranto en el cuerpo”. 

Cabría destacar qué cuartos de la luna son los más dañinos, pero se desconoce. Los informantes sí coinciden en que lo peor que te puede pasar es que la luna te coja cuando está llena.

Según un informante, un indicador para saber la maldad de la luna es la posición de sus cuernos y su brillo. Sobre sus cuernos deja constancia el siguiente dicho: 

“Mala viene la luna, trae los cuernos empinaos”

Refiriéndose a que “cuando la luna tiene los cuernos tendidos no te coge ni te hace efecto”. Sobre su brillo tenemos que, cuando la luna brilla, es mucho más perjudicial ya que ella misma nos está diciendo que “no se le puede mirar mucho”.

Los movimientos de la luna tienen relación con el tiempo, de hecho, parece que el agente maléfico en sí es más el tiempo que la fase de la luna. Por ejemplo, en un día nublado puedes notar más el cogimiento de la luna.

Sobre la receptividad de las personas al influjo lunar

Las personas que entienden de la luna parecen ponerse de acuerdo en que hay personas que son más propensas al influjo lunar, pero no coinciden en el por qué. Comentan que puede ser posible debido a su naturaleza pues “quien tiene la naturaleza má recia, le coge menos”.

También hay una creencia de que el influjo lunar depende de la alimentación que se tenga, así pues, es recomendable comer de acuerdo a la fase lunar, sobre todo si la luna está llena.

Tiene relación también con el humor de la persona, dependiendo del humor que tenga se diría que “ehtá de buena o mala luna” cuando ésta goza de buen o mal humor.

Acerca del destino

Del dicho la luna nos trae, la luna nos lleva que se mencionaba al inicio, el autor del artículo comenta diversas convicciones populares relacionadas con el mismo y sobre la idea de la presencia de la luna en el destino del mundo. 

La primera parte del dicho, la luna nos trae, se relaciona con la responsabilidad que tiene la luna en todo acto creador de vida. Eso se ve en distintas opiniones recogidas de los informantes: 

“¿Cuántas lunas estás en el vientre de tu madre?, pues son nueve lunas, entonces tu vienes al mundo con las lunas. Viene el crío a nacer, viene con la luna”

Se hace énfasis en la luna como el centro de todo, llegando a formar parte en la gestación y en la creencia de que, sin su ayuda, no hay nacimiento. 

En la segunda parte del dicho, la luna nos lleva, la donadora de vida se convierte a su vez en donadora de muerte. Ya que la luna puede coger a personas sanas y privarles de su salud. En el artículo, al preguntar a diversos informantes acerca de cómo nos lleva la luna, responden:

“Pues a lo mejor en un movimiento que haga la luna pues es cuando nos morimos, dicen que es así”

“Yo lo tengo visto, solo he visto dos muertos. Si ahora una persona se pone muy grave muy grave, a la salida de la luna o a la recogida […] te pones pa morirte. O te mueres cuando sale la luna o te mueres al ponerse la luna”

Con todas estas citas de informantes se deduce que la luna solo te lleva cuando tu estado de salud es muy deficiente. No hay que ver a la luna como el factor desencadenante de la enfermedad o de la muerte sino como la última causa de esta.

La luna no es la única que maneja el destino, unas veces es responsable ella y otras veces lo es la voluntad divina. Ambas confluyen en los rituales de curación.

La curación

Existen varios rituales para curar las afecciones lunares. Está el ritual de la luna y el ritual del quebranto, ambos son básicamente el mismo, pero diferenciando únicamente la oración principal.

En ambos rituales se empieza con una bendición inicial del agua, contenida en un plato. Esta bendición suele hacerse tres veces y a ella le sigue la oración correspondiente (la de la luna o el quebranto), que también se dice tres veces, tras ella un (o más) Padre Nuestro, un Ave María (o tres) y otra bendición del agua.

Tras todo esto, se echan al plato tres gotas de aceite de oliva. Si estas gotas se esparcen sin dejar rastro, se confirma que la persona estaba cogida por la luna y habría que repetir el ritual. Según algunos informantes habría que repetirlo tres veces más y, según otros, nueve veces. Como se puede ver, los números de las repeticiones siempre son impares.

La estructura general de la oración suele ser siempre la misma, aunque de una persona a otra pueden variar algunas palabras ya que la oración fue enseñada por portugueses debido a la proximidad con el país.

Eugenio López Cano recoge la versión más común de la oración en la revista Alminar Nº51:

«Luna, por aquí pasahte

y la salú de … llevahte

Luna por aquí vilvihte’ j’ a pasá

y la salú de … dejahte».

David Cuño Tarriño recoge, en su Trabajo Fin de Máster, dos formas diferentes de realizar el rezo a la luna gracias a dos informantes. Según la primera informante, antes de realizar el rezo, la persona que lo realiza hace la señal de la cruz sobre la taza tres veces, luego se santigua otras tres veces y pasa a recitar la siguiente oración:

«La luna bendita pasó por aquí

y el cuerpo de (nombre de la persona) se llevó

La luna bendita volverá a pasar

y el cuerpo de ______quedará

y el suyo se llevará»

Tras la oración, la persona que realiza el rezo vuelve a hacer tres cruces en la taza y se santigua otras tres. Después, se unta el dedo en aceite y se echan tres gotas en el agua; si el aceite se esparce por el agua, es que la persona a quien se le reza está cogida por la luna. En caso de que las gotas queden intactas, es que no lo está.

Para que la oración tuviera mayor efecto, esta debía de realizarse en presencia del enfermo. También podría llevarse a cabo estando ausente el mismo, pero entonces era necesario que la persona que fuera a realizar la oración, la hubiera recibido y aprendido de una persona de más edad que el enfermo.

Según la segunda informante, la práctica se realizaría de una forma distinta. Primero se haría la señal de la cruz sobre una taza con agua y después se recitaría lo siguiente:

«Bendigo a _____ de luna, de sol y de quebranto

En el nombre del Padre, del Hijo, 

de la Virgen María y del Espíritu Santo

(3 veces)»

El proceso del agua y del aceite se haría exactamente igual que en el ejemplo de la primera informante.

En el caso de Almendral, recogido en la revista Saber Popular nº12, la oración varía un poco:

«Bendita luna que por aquí pasaste, tu mancha negra dejaste en el corazón de (se dice el nombre de la persona a la que se está curando),

bendita luna volverás a pasar tu mancha negra, me la quedarás y el corazón (se vuelve a decir el nombre del que se está curando) se lo devolverás”

La oración de la luna entripá no es conocida por muchas personas. En la revista Saber Popular nº2 se recoge información acerca del contexto en el que se produce la oración, gracias a un informante:

“La virgen alivie su dolor y quebranto, Gloria al padre, Gloria al Hijo y Gloria al Espíritu Santo. 

Eso na más que pa sobarle la barriga a los niños, eso no es rezarle a la luna tres veces y entonces se está haciendo con el aceite y con el espliego, después eso lo coges, lo fríes y entonces ese aceitino lo tienes frío y cuando la niña la estás vistiendo, pues la dices esa oracioncina. 

Pero eso no la bendecía, eso yo no me ponía en el plato nada para bendecirla”. 

Para algunos informantes, cuando sospechaban estar cogidos por la luna, no siempre hacían el rito completo. Simplemente se rezaban las oraciones para sí. Para otros esto no servía, pues el rito es algo imprescindible para salvarse del influjo de la luna. 

Lo que sí que tienen en común ambos, es que, sin fe, la curación no servía, era algo indispensable y en lo que hacían hincapié:

“Ahora que le digo yo que los mismos, los versos (de San Antonio) que la luna como no se tenga fe no valen pa na, réceme usted la luna y no tiene fé, como si no se le rezaba”

También eran de frecuente uso diversos amuletos para contrarrestar la influencia en los niños. Se recoge referencias de dos amuletos:

  • El primero es un amuleto, de oro o plata, en forma de media luna que llaman luneta y que “detenía mucha fuerza a la luna” cuando los niños eran cogidos por ella. 
  • El segundo es una mano con el puño cerrado y el dedo pulgar hacia arriba, que colgaba del cuello de los adultos y de los recién nacidos, llegando incluso a conservarlos a lo largo de toda su vida. 
  • También, si la familia podía permitírselo, se utilizaba una pulsera de coral mediante la cual se creía que potenciaba el efecto y que sería mucho mayor.

Como hemos podido ver, la luna ha formado parte de las diferentes manifestaciones de la vida de las personas a lo largo de toda la región, llegando incluso a usarse en el cancionero popular.

Fuentes:

Cuentos de animales – La comadre zorra y la comadre cigüeña

Cuentan los que lo vieron, yo no estaba, pero me lo dijeron, que eran una comadre zorra y una comadre cigüeña. Como comadres, se juntaban todos los días y charlaban de sus cosas.

Un día la comadre zorra le dice a la comadre cigüeña:

– ¿Quieres, comadre, que hagamos unas papitas?

– Ea, pues vamos a hacerlas, le contestó la cigüeña.

– ¿Adónde las vamos a hacer?, preguntó el animal del pico largo.

– En una lanchita, le contestó la zorra.

Hicieron sus papitas y se pusieron a comer. La zorra, con su lengua, se comió todas las papas y se puso como el Quico. La cigüeña, con su piquito, se quedó con las ganas.

Al otro día se vuelven a Juntar y la comadre cigüeña le dice a la comadre zorra:

– Comadre, ¿quieres que hagamos otras papilas?

– Sí, vamos a hacerlas, le contestó la zorra.

– Y, ¿se puede saber dónde las vamos a hacer?

– Mira, comadre, esta vez las haremos en este aceitero, dijo la cigüeña.

Hacen las papilas en el aceitero y la cigüeña, con el pico tan largo que tiene, se comió todo, llevándose la zorra las mijinas que caían.

La zorra se enfadó y va y le dice a su comadre:

– Comadre, me has engañao.

– Yo no te he engañao, le soltó la astuta cigüeña. No sé por qué te pones así.

– Es que hoy te has comío todas las papas, dijo la zorra.

– Pues ayer te las comiste tú, le contestó la cigüeña.

– Ea, pues vaya una cosa por la otra.

Aquello quedó así, pero al día siguiente se volvieron a ver.

La cigüeña le dice a su comadre:

– Comadre, ¿quieres venir a una boda en el cielo?

– ¿Cómo vamos a ir a una boda al cielo?, inquirió la zorra.

– Si, mira, tú te montas encima de mí y yo te llevo volando a la boda del cielo.

– Eso ya está hecho, vámonos. ¡Hala!

La confiada zorra se montó encima de la cigüeña y empezó a volar.

Venga a levantar, y levantar, y levantar, y de que iban muy alto, la zorra, con algo de miedo, va y le dice a su comadre:

– Comadre, no vayas tan alto, que ya ni veo la tierra.

– No te preocupes, que todavía está el cielo más lejos, le respondió la cigüeña.

¡Ay, comadre, ámonos pa atrás!, decía la zorra muerta de miedo.

– ¡Uy, vete tú!

Y sin pensárselo dos veces, se volvió de espaldas y dejó caer a la zorra desde allí mismo.

Pero, ¿dónde fue a caer la zorra? En un centenal. Y se le metió una pajita en el culo y se oyó:

– ¡¡ Uuaaaahhhh …!!

Y colorín, colorao, este cuento s’hacabao, y quien no diga jacha, jigo y jiguera, no es de mi tierra.

Fuentes:

Cuentos de animales – Los animales despedidos

Pues, señor, iba un leñador con su burro por el camino y se le cayó con la carga. Se enfadó mucho el hombre, le dió una buena paliza y cuando llegó a casa dijo:

– Anda, ya no te quiero más.

Y lo echó a la calle para que se defendiera por sí propio.

Conque el animalito salió a buscarse la vida.

Iba por un camino cuando se le presentó un gato.

– ¿Dónde vas, compadre?, preguntó el minino.

– Mira, buscando fortuna, porque mi jefe me ha pegao y me ha echao a la calle. ¿Y tú?.

– ¡’Bu!, a mí me ha pasao igual. Le cogí una sardina al ama y me ha dao una paliza que ya no me quiere en casa-, contestó el gato.

– Eso, pos ámonos, sugirió el burro.

Así pues, el burro y el gato siguieron andando, andando hasta que se encontraron con un perro.

– ¿Dónde vais, compadres?, preguntó

– A buscarnos la vida, le respondieron.

– ¿Me puedo ir con vosotros? En mi casa me trataban a patadas y me he escapao.

– Ea, pos ámonos tos juntos.

Así, pues, el burro, el gato y el perro, todos juntitos, echaron a andar, andar, hasta que se toparon con una vaca.

– ¿Qué te pasa, comadre vaca?, le preguntaron a coro.

– ¡Uy!, he visto los machetones que traían los carniceros pa llevarme al matadero y yo me he dao el larguejo, les contestó la vaca.

– Ea, pos ámanos tos juntos, dijeron.

Iban el burro, el gato, el perro y la vaca anda que te anda, anda que te andarás cuando se les presentaron dos carneros.

– ¿Onde váis?, les preguntaron.

– Nos hemos escapao, pos nos querían llevar al matadero.

– Ea, pos ámanos tos juntos, pidieron los demás.

Caminito adelante iban el burro, el gato, el perro, la vaca y los dos carneros cuando se encontraron a un gallo.

El gallo les puso la misma disculpa de que iban a sacrificarlo y que por eso se había escapado del corral de su amo.

Todos juntitos, el burro, el gato, el perro, la vaca, los dos carneros y el gallo siguieron andando, andando hasta que se hizo de noche y se metieron en el monte.

En esto que el gato y el perro se lamentan:

– Vamos cansaos.

– Montaos encima, les dijeron.

Conque el perro se subió encima del burro, el gato encima del perro y el gallo encima del gato. Y la vaca y los dos carneros, andandito.

Más adelante se les apareció una paloma, que venía buscando refugio, y se unió al grupo.

Una vez que hubieron subido toda la montaña, ya muy de noche, vieron una luz a lo lejos.

A ver si hay refugio pa nosotros, dijo uno de los animales.

Conque llegaron a la casa y vieron que estaba vacía.

Entraron con mucho cuidao y vieron que había estado habitá. Entraron allí y había de tó. Era una guarida de bandoleros.

Como tenían mucha hambre, cada uno de los animales se sirvió de lo suyo: el perro, de carne; el gato, de pescado; la vaca, de pienso; los carneros, de paja; el burro, de cebada y la paloma, de trigo.

Se estaban dando un atracón cuando sintieron un ruido.

– Malo, ya vienen los dueños, dijo uno de los animales.

– Ea, a esconderse, pidió otro.

Dice el burro:

– Yo me voy a la cuadra.

Y el perro:

– Yo, a la escalera.

Y los carneros:

– Nosotros, a la puerta.

Y así, la vaca se fue al pajar, el gallo a la chimenea, el gato junto a las cenizas de la lumbre y la paloma, arriba de la chimenea.

En esto que viene un bandolero y, todo a oscuras, ve como dos brasitas que brillan en el hogar. Entonces se fue al pajar a por una poquita de paja para avivar la lumbre.

Nada más coger la paja, la vaca, que estaba allí escondida, le dió varios topetones de aúpa.

Con un puñao sólo se fue el bandolero a la lumbre a encenderla.

Se puso a soplar y el gato, que estaba allí escondido, se le tiró a la cara y lo arreguñó tó.

El hombre salió huyendo y, al querer subir por la escalera, el perro lo cogió y lo quedó medio pelete. 

Lleno de miedo, quiso escaparse por la puerta, y los dos carneros que se enrean a toparse, cogiéndolo en medio y quedándolo con las costillas rotas.

Y en esto que el gallo, desde arriba, va y canta:

¡Kikirikíiiiiii …!! ¡¡Kikirikíiiiiii …!!

Y la paloma, que estaba más arriba, empieza a arrullar:

¡¡Kree … uuuuuu … ooooooo …!! ¡¡Kree … uuuuuu … ooooooo!!

El bandolero, muertito de miedo, llegó a donde los otros.

– ¡Compañeros, ahí no se puede entrar! ¿Sabéis la de gente que hay ahí? Fijaos: en el pajar hay uno con una horquilla que te lleva, te sube y te baja todo lo que le da la gana. Si vas a la cuadra, hay un zapatero, ¡Vaya, lo bien que cose! Si vas a subir las escaleras, hay allí un tío que tiene unas uñas … que desforraja a tos. Y, gracias que no pude subir, que todavía había uno arriba que decía:

¡¡ Traédmelo aquíiiiiii …!!

¡¡ Traédmelo aquíiiiiii …!!

Y otro más arriba que decía:

¡¡ Que le rompan el culo …!!

¡¡ Que le rompan el culo …!!

Al oír todo aquello, los bandoleros salieron a todo correr y no volvieron jamás a poner los pies en aquella casa.

Fuentes:

Cuentos de animales – La cabrita y los siete cabritos

En los tiempos de Marícastaña había una cabrita que tenía siete cabritos. Y salía a alimentarse quedándoles una contraseña para cuando llamaran a la puerta:

Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre, que vos traigo leche en el tete y aceite en el cornete

La cabrita se fue y el lobo, que la vigilaba, aprovechó la ocasión y llamó a la puerta diciendo:

Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre, que vos traigo leche en el tete y aceite en el cornete

Los cabritos abrieron el lobo se comió a seis de los que estaban.

Sólo se salvó el más pequeñín, que se había escondido.

Un poco después llegó la cabra y llamó a la puerta:

Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre, que vos traigo leche en el tete y aceite en el cornete

El cabritillo abrió la puerta.

– ¿Y los otros hermanos?

– Se los ha comido el lobo.

La madre riñó a su pequeño.

No vuelvas a abrir a nadie, aunque te den la contraseña, mientras no te enseñen una manita por la gatera de la puerta.

Al día siguiente, el lobo volvió a repetir la operación.

Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre, que vos traigo leche en el tete y aceite en el cornete

– Entra la mano por la gatera, le dijo el cabritillo desde dentro.

El lobo va y la puso.

– No, mi madre no tiene las manos sucias y tú eres el lobo.

El lobo no tuvo más remedio que irse.

Al otro día volvió otra vez, pero traía las manos mu lavás y preparás.

Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre que vos traigo leche en el tete y aceite en el cornete

– Entra la mano por la gatera.

El lobo hizo lo que le pedían.

– No, mi madre tiene las manos más blancas.

Rabioso, cogió el lobo y se fue a un molino. Se enjarinó (enharinó, llenarse las manos de harina) bien las manos, volvió a la puerta y dijo:

Abrid, hijos míos, que soy vuestra madre, que vos traigo leche en el tete y aceite en el cornete

– Enseña las manos por la gatera.

Así lo hizo el lobo.

El cabritillo, confiado, abrió la puerta y el lobo se lo comió enterito.

Un rato después vino la madre y, de que vió que no había nadie en casa, salió en busca de su hijo.

Mientras tanto, el lobo, con la panzá que tenía se fue a un pozo a beber. Y como no podría entrar dentro, se sentó al lado y se quedó dormido.

La cabra, después de dar vueltas y vueltas, siguiendo el olor del lobo, por fin lo encontró. En silencio se acercó, le cortó la barriga, le sacó todos sus hijitos y lo rellenó de piedras.

Entonces, le dió un fuerte empujón y lo arrojó al pozo. El lobo se ahogó y la cabra recuperó a todos sus cabritillos.

Y me voy por un caminito y salgo por otro, si este cuento te gustó, mañana te cuento otro.

Fuentes:

Mario «El Espino»

Mario “El espino”, apodado así por un antepasado suyo que cayó sobre una chumbera y pasó toda su vida quejándose de las púas que tuvo clavadas en su cuerpo, era un joven que siempre paseaba solo por los campos de Alburquerque.

Un día conoció a una joven, Carmen, que comenzó a acompañarle en sus paseos diarios. Todas las tardes iban a la alberca y se sentaban juntos en la parte de piedra que rodea al pozo, Mario se acercaba con cuidado porque cuando era pequeño pudo morir ahogado y tenía un poco de miedo.

Pasar tanto tiempo juntos hizo que la pareja se enamorara y acabara besándose. Blas, padre de Carmen, no estaba muy contento con esa relación y menos lo estaban sus paisanos, pues se decía que Mario era analfabeto y había muchos prejuicios. 

A pesar de todo ello, Carmen seguía viéndose con él, por lo que su padre la mandó a casa de unos familiares a Madrid con la idea de que estar alejados acabaría con esa relación.

Cuando Carmen ya no se encontraba en el pueblo, el día de la romería y, aprovechando que los vecinos tampoco se encontraban allí, Blas quedó con Mario en la alberca. Mario llegó y sin decir nada, se sentó en el pozo como lo hacía siempre, Blas le miró y le empujó de tal manera que cayó al fondo del pozo y, antes de hundirse, pudo decir algunas palabras “¡Ese cardo de ahí será testigo de mi muerte!”.

Fuentes:

La Pantaruja

La pantaruja es un espantajo (algo que se utiliza para asustar o espantar) que durante la noche suele recorrer las calles del pueblo vestida con una túnica blanca y escondiendo su rostro bajo una capucha, suele llevar algo, normalmente un cirio o una antorcha y se mueve con gran rapidez por las callejuelas, descalzo.

Se dice que puede ser el alma en pena de un penitente, guiado por alguna promesa, con la única misión de vagar en solitario. 

Recibe varios nombres: pantarujas, pantarullas, mantaruja, marimanta, etc y varios son los pueblos de Extremadura en los que se dice haber visto estos espantajos. Curioso y a destacar es el caso de Alburquerque, un caso que ha llegado a ser investigado hasta por el programa Cuarto Milenio.

Corría el año 2006, cuando varios vecinos de la localidad aseguraban haber visto una pantaruja que los mantuvo aterrados durante semanas. José Pablo Rodríguez Meléndez fue uno de los vecinos que la vio, él no creía en la pantaruja, aunque de pequeño sí había oído historias acerca de ella.

José Pablo llegaba, como cualquier otra madrugada más, a su trabajo en la panificadora Virgen de Carrión, en torno a las 5 de la madrugada. Se encontraba aparcando su vehículo cuando vio, a unos 50 metros, a una persona vestida con una túnica blanca y con una capucha en la cabeza, que se encontraba haciendo movimientos extraños con todo el cuerpo. Comenzó a tocar el claxon para que los compañeros de la fábrica salieran, cuando la pantaruja echó a correr y se perdió entre el matadero municipal y una nave adyacente.

Los compañeros no oyeron el claxon debido al ruido del horno y de la radio. José Pablo les contó lo que había sucedido y al principio no le creyeron porque pensaban que era una broma, pero al ver lo alterado que este estaba, se convencieron de que era cierto lo que contaba.

De todas las experiencias que los alburquerqueños tuvieron con la pantaruja, se deduce que siempre llevaba el mismo hábito y que lo que solía cambiar es el objeto que portaba. En la mayoría de casos salía de madrugada, aunque hay un caso excepcional en el que se apareció en torno a las 20:00 de la tarde en un bloque de pisos existentes cerca de la plaza de toros, en la avenida de Extremadura.

Diversas fueron las opiniones sobre la pantaruja, había quienes creían en ella y otros, quienes pensaban que daba mala imagen al pueblo, ya que podría ser una broma de algún joven y se estaba tratando como algo real. 

El caso es que la antiquísima tradición de las pantarujas se encontraba ya extinguida en Alburquerque y durante apenas un mes, volvió a renacer, haciendo que te transportaras a esa Alburquerque medieval donde todo era posible.

A partir del minuto 25:32, se puede escuchar el fragmento del programa de Cuarto Milenio en el que hablan sobre esta leyenda.

Fuentes: