Carnavales; El entierro de la sardina
El entierro de la sardina en La Codosera es algo tan característico del pueblo, que se ha celebrado toda la vida, incluso cuando estaba prohibido y en ningún otro pueblo se hacía. Destaca por su peculiaridad ya que, a pesar de que la norma era celebrarlo un martes, en La Codosera se celebraba el miércoles de ceniza.
La celebración del entierro de la sardina ha cambiado bastante, antiguamente, este cortejo fúnebre comenzaba por la tarde, sobre las 18:00, encabezado por un sacristán portando una cruz-estandarte, de cuyos brazos cuelgan cuatro sardinas, seguido de un coche funerario improvisado que se encargaba de amenizar toda la escena con música. Después del coche funerario, aparecían dos paisanos vestidos con capas canturreando, en tono gregoriano, responsorios (oraciones en versículos) en una mezcla de idiomas (latín, portugués, español y portuñol). Luis María Uriarte recoge en su libro algunos de ellos:
¡Dominus nobiiiscum! Et cum spiritu tuuuo …
Ahora [sic] pro nobis Jesucristo. El pensaba que morría y no aprobaba iiisto.
Ahora pro nobis Cristo ‘a lisao a moslao amigo simaaao!
Tras todo lo anterior, cuatro jóvenes seguían a la comitiva portando un féretro que, en lugar de una sardina, llevaba un muñeco con forma de hombre adulto, a tamaño natural, con la tez negra y completamente vestido y con todos sus complementos; corbata, calcetines y zapatos. Había un pero, el muñeco tenía la bragueta del pantalón abierta y de ella emergía un pene tallado en corcho que contaba, en su base, con dos patatas por testículos. Pero que nadie se asuste, se encontraba bien tapado por un paño negro durante todo el recorrido, solo salía a saludar cuando se concentraba un gran número de chicas jóvenes, arrancando gritos y carcajadas de las dolientes (también conocidas como plañideras, que eran mujeres a las que se les pagaba para ir a llorar a los entierros) y de los vecinos del pueblo.
Siguiendo al féretro, iba una monaguilla con un bote de pintura lleno de agua bendita que se encargaba de bendecir a los mirones y a las dolientes, vestidas con elegantes trajes negros de luto y peinetas bien altas, acompañadas de algunas de las comparsas y vecinos del pueblo, disfrazados de forma independiente.
A lo largo de todo el cortejo se iban diciendo varios responsorios. A continuación, vamos a destacar algunos de los que tenían lugar antes de la quema del muñeco.
Haciendo un juego de palabras, uno de los curas recitaba en la plaza:
Las muchachas de este pueblo, miran mucho al espeeejo, y dicen unas
pa’ otras, qué largo tiene los pe…
Pensé que estabas durmiendo en cama de dos colchooones y estabas
con las dos manos cogiéndome los co…
Cógeme ese gato negro y dáselo a esa mujeee’, que viene la probrecilla
cansadita de jo…
José se llama el marido y Josefa la mujeeer, y un hijo que tenían José se
llama tambieeén.
Una vieja mu’ revieja de 1a Quinta ‘el 58, con una tijera vieja se estaba
pelando el pe…
Pensé que estabas durmiendo… [se repite].
Amen. Requiequem [sic] in pacis. Amen. Por to’ seculá seculorum.
Amen.
Tras ello, se hacían chascarrillos mientras se iba levantando el muñeco y se preparaba para su quema.
Mientras tenía lugar la quema, las dolientes se despedían entre gritos y lloros del amor de su vida, el cual, con su quema, daba finalización al cortejo permitiendo que los vecinos del pueblo comieran abundantes sardinas y bebieran sangría para ahogar las penas.
La fiesta ha evolucionado, se sigue celebrando a día de hoy, pero con algunas modificaciones debido, mayormente, a la falta de gente en la localidad. La celebración dura desde el viernes hasta el martes, que es cuando tiene lugar el entierro de la sardina.
- El viernes se celebra el concurso de murgas
- El sábado y el domingo se celebra el carnaval, como siempre
- El lunes tiene lugar un carnaval infantil
- El martes se celebra el entierro de la sardina
Actualmente, la sardina es diseñada a principio del carnaval por mayores y pequeños, cambiando cada año el diseño y los materiales de la misma. Este año, 2022, ha sido hecha con telas recicladas, buscando la sostenibilidad.
Al final del carnaval se hace todo el cortejo, con su posterior entierro y quema de la sardina, manteniéndose, también, la celebración final con sardinas y sangría.
Fuentes:
- Uriarte López, Luis María (1994). La Codosera; Cultura de fronteras y fronteras culturales
- El sitio web del Ayuntamiento de La Codosera: https://lacodosera.es/plantilla.php?enlace=fiestas_y_tradiciones
- La reunión con el alcalde de La Codosera, Joaquín Tejero Barroso y con el concejal de cultura, Juan Ángel Martínez Vaz