La Santa Cruz
La tradición festiva de la Santa Cruz, o popularmente conocida como la “Cruz de Mayo”, fue siempre una de las tradiciones más arraigadas en Badajoz.
La tradición festiva de la Santa Cruz, o popularmente conocida como la “Cruz de Mayo”, fue siempre una de las tradiciones más arraigadas en Badajoz.
En Badajoz los Reyes Magos se consideran una tradición, la primera del nuevo año y la que pone fin a las fiestas de Navidad.
Se tiene constancia de algunas rogativas de la ciudad de Badajoz desde 1599 hasta finales del siglo XVIII. Las rogativas son oraciones públicas referentes a Dios para conseguir remedio para una grave necesidad.
Entendemos como ritos de culto aquellas manifestaciones de la religión cristiana hacia Dios, a la Virgen y a los Santos. El culto se compone de los ritos y las creencias con las que se contribuye a este homenaje.
En Extremadura siempre se ha tenido un gran arraigo sobre los cultos a la fertilidad debido a diversos factores como las epidemias, que afectaron a una gran parte de la población, provocando una tasa alta de mortalidad en décadas anteriores en la comunidad extremeña.
Una de las tradiciones profundamente arraigada a la ciudad de Badajoz era la de pedir el aguinaldo. Esta costumbre la desempeñaban principalmente los niños pacenses en la época de Navidad.
El aguinaldo hace relación tanto a los obsequios que se hacían a determinados componentes de las clases bajas y populares, como a los cánticos y villancicos con los que solían pedirse.
La semana de la música en honor a Santa Cecilia (patrona de la música), se ha convertido en una tradición festiva para los pacenses, con más de 33 años consecutivos de celebración. Esta tradición se celebra cada 22 de noviembre con actos religiosos y profanos de todo tipo.
El arriado de bandera, según la tradición, surgió en el año 1503, tras la batalla de Ceriñola, donde se enfrentaron las tropas francesas y españolas. «El capitán, al ver el campo lleno de soldados fallecidos, ordenó homenajear a las víctimas», rememora Álvaro Meléndez.
El patronazgo de San José va ligado a la historia festiva de Badajoz desde 1230, año de reconquista de la ciudad por las tropas del rey leonés Alfonso IX y de las órdenes militares de Santiago y Alcántara.
Al igual que en otras localidades, el carnaval de Badajoz finaliza con la tradicional costumbre del “entierro de la sardina”. Esta tradición festiva se ha desarrollado siempre en la barriada de San Roque, donde los vecinos y grupos de personas disfrazadas acompañan a la sardina en su último recorrido.