Rituales y tradiciones ligadas al entierro y las exequias

En Badajoz, al igual que en el resto de España, el rito funerario estaba formado por numerosas tradiciones y creencias, que pueden variar de unas regiones a otras y de un periodo de tiempo a otro.

Se poseen datos acerca de numerosas necrópolis que tuvieron lugar en la ciudad en diferentes épocas, como la de enfrente del Molino de la Tarasca, Granja Céspedes, calle Madre de Dios del Casco Antiguo, etc. En función del periodo histórico se seguían diversas metodologías y tradiciones para llevar a cabo el enterramiento: construcción de dólmenes y menhires, uso de la incineración, inhumación, empleo de ajuares y ofrendas, etc. Para profundizar ir a la página: http://ciudaddebadajoz.blogspot.com/2015/04/necropolis-antiguas-de-badajoz.html

En cuanto al sistema de entierro que se llevaba a cabo a partir del siglo XVIII, el ritual único para todo el país estaba formado por:

  • Amortajamiento: una vez probada la muerte se procedía al aseo y vestimenta del difunto para ser expuesto ante los familiares y amigos. Habitualmente se usaba el traje como vestimenta, aunque en casos de extrema pobreza se recurría al sudario o sábana blanca. Aquellos que pertenecían a una orden militar portaba el hábito de la orden.

El lugar elegido para la exposición solía ser el lecho del difunto o el salón de la vivienda.

Una vez ubicado el muerto se procedía a realizar la velada durante un día, proceso que también servía para mayor certificación de la muerte del mismo.

  • Sepelio: el segundo paso a realizar era el traslado del cuerpo a la parroquia o cementerio para el entierro. La salida del féretro de la vivienda se producía a hombros de algunos hombres, pero nunca los más cercanos a la familia. La comitiva se formaba por la familia, en primer lugar, y tras ellos los familiares o amigos menos allegados y las plañideras o lloronas contratadas para la ocasión.

La celebración del oficio se llevaba a cabo a corpore insepulto, es decir, con el cuerpo sin sepultar.

A la inhumación posterior sólo acudían los familiares muy allegados, parientes y amigos, los cuales tenían la costumbre de arrojar un puñado de arena sobre el féretro y orar por el alma del enterrado.

  • Luto: al salir del cementerio la familia recibía el pésame y daba comienzo el periodo de luto.

En la vivienda donde se había producido el fallecimiento las ventanas y las puertas permanecían cerradas, los visillos eran de color negro y los cuadros permanecían girados sobre la pared.

Se establecía el veto de la familia a los actos públicos, así como a salir de casa durante los tres días siguientes al entierro. Además toda la familia se vestía de luto durante este proceso.

Se pueden distinguir tres tipos de luto: riguroso, medio luto (se incluían colores grisáceos o en malva) y luto final (se introducían colores vivos). El tipo de luto y la duración pueden varias según cada caso, influyendo sobre todo el grado de parentesco con el fallecido.

Sistemas de enterramientos.

Hasta 1813, los enterramientos se realizaban en las iglesias. En su interior se disponían las sepulturas de los personajes relevantes. Los cuerpos de las personas menos pudientes eran depositados, en ataúdes de madera o incluso envueltos en mortajas, directamente sobre la tierra, en los osarios o carneros, situados en los alrededores de la iglesia, que ejercían como fosa común.

Cuando por epidemias, guerras o cualquier otra circunstancia se producían al mismo tiempo un gran número de muertes, los cadáveres eran depositados en fosas u osarios situados a las afueras para evitar contagios y alejar las emanaciones de los cuerpos. En ocasiones, también podía recurrirse a la incineración.

Rito de «endechas» y «plantos».

Es importante mencionar la información sobre este rito contenido en el sínodo de Badajoz de 1501, en el cual se recoge que durante aquella época era tradicional en la ciudad “decir endechas (canciones tristes y lamentables) y otros plantos (poesías que tienen como tema el dolor por la muerte de una persona) en las exequias (ceremonias y honras que se hacen por el difunto) de los difuntos”.

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